A la atención de don Cándido Velázquez

Muy señor mío: Son tantas y tan continuadas las disfuncionalidades operativas de esa compañía de su digna dirección, y tal la impotencia en que estamos sumidos los usuarios de sus servicios al no contar con una alternativa, que al menos me voy a permitir el dirigirle esta carta de protesta, que intentaré también hacer pública a través de un poder fáctico como la prensa.Es evidente para mí que, en su corto tiempo al frente de Telefónica, en poco habrá podido notarse lo que de bueno usted haya podido hacer para que las líneas sean audibles, no se tenga que escuchar con harta frecuencia el sonsonete de Ilame usted dentro de unos momentos porque ahora hay sobrecarga", etcétera, pero, en cualquier caso, rezaré todas las noches para que los frutos de su gestión sean apreciables lo antes posible y en términos de mejora de las condiciones de uso del teléfono.

Dios nos libre de que lo sean sólo en forma de beneficios contables, ya que al respecto, desde hace algún tiempo, miro con suspicacia la televisión esperando de un momento a otro ver desaparecer la imagen al tiempo que me entero, por la prensa, de que el ente público ha mejorado su beneficio contable.

En cualquier caso, espero que la economía tan saneada de Telefónica que le ha transmitido su predecesor, el señor Solana, le permitirá abordar de inmediato la multiplicación de líneas y perfeccionamiento de los sistemas antes de 1992, para que la amputación traumática que ahora supone la disfuncionalidad telefónica no degenere en gangrena.

Con mis mejores deseos de éxitos para usted y su equipo, porque en ello van nuestras vitales comunicaciones, suyo afectísimo.- Presidente del Consejo de MacDermid Española, SA.