Artrosis, depresiones, obesidad...
R. R., La acupuntura no es la panacea que ponga remedio a todo mal. Pero los especialistas afirman que, aplicada correctamente, esta terapia resulta efectiva especialmente para aliviar el dolor crónico de la artrosis, contra las depresiones por estrés, obesidad, tabaco, problemas neurológicos y circulatorios.
Saturnino Nevado es un hombre del campo, "de la parte de Córdoba", de 64 años, al que una trombosis le dio un susto hace ocho años de no deseárselo a nadie. Se sometió a cinco operaciones, pero a pesar de ello apenas andaba. Animado por su hija, fue a un acupuntor. "Llevo yendo desde febrero", afirma. Dos o tres veces por semana, en sesiones de media hora.
"Los del hospital me tenían ya preparado para cortarme la pierna derecha. Gracias a la acupuntura, no tienen que cortarla. Ando bastante ya. Tengo mi garrota de cuando me dio aquello y ya salgo a la calle. A los tres días de eso que me puso el doctor empecé a ver mejoría. Tengo la pierna natural ahora", afirma Saturnino Nevado al tiempo que señala la pierna dañada.
"Aunque un dedo se me ha caído; se me ha secado y se me ha caído. Todo ha sido a base de mucho sufrimiento. Lo que he pasado yo no se lo deseo a nadie. Me he pasado mes y medio en el hospital chillando como un perro", concluye este campesino. María del Carmen Barbero se encuentra maravillosamente. "Es lo único que puedo decirle, maravillosaniente". Los médicos le habían dicho que tenía problemas en el estómago y el duodeno deformado.
Tiempo revuelto
"De eso que a las dos horas de comer notas que te viene hasta la garganta un ardor y un malestar que para qué. Tenía artrosis e insomnio. No dormía nada. Y ahora duermo hasta las siete. Llevo 10 sesiones de 20 o 25 minutos", afirma satisfecha.
Se decidió por una amiga suya. Tiene 59 años, es de la parte de Salamanca y ya se lo ha aconsejado a varias personas. El doctor le pincha una pequeña aguja en la oreja y ahí la lleva toda la semana.
"Mire, cuando se revolvía el tiempo se me ponía un dolor aquí, en el cuello, que me hacía ver las estrellas. Y ahora nada, una miajita, nada", dice María del Carmen Barbero.
Los precios pueden ser muy variables. A María Carmen Barbero, por la priraera sesión de acupuntura, le cobró el doctor 8.000 pesetas, pero después se lo ha rebajado hasta 3.000 pesetas. A pesar de su satisfacción, puntualiza que "algunas agujas sí me hacen daño, sí. Para qué voy a mentirle. Es como si se tuviera una bolita dentro".
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