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Un prelado atribuye la plaga de las algas a un castigo divino

Juan Arias

El arzobispo de Rímini, Ersilio Tonini, que al atardecer del domingo desparramó agua bendita sobre las "muertas aguas de las playas del Adriático", lanzó al un sermón apocalíptico recordando las ciudades bíblicas de Sodoma y Gomorra, castigadas por sus pecados y por no haber encontrado Dios en ellas ni siquiera 40 hombres justos.

El arzobispo, que pronunció sus palabras desde un altar con uvas, lenguados y calamares frescos, traídos por los trabajadores del mar y de la tierra, y frente a un crucifijo de madera atrapado por las cuerdas de una red de pescador, llegó a decir que la desgracia de las algas podría acabar siendo "una bendición" de Dios para que la gente tome conciencia de sus pecados.

Ersilio Tonini mezcló en un mismo cesto los pecados más variados: el aborto, por ejemplo, afirmando que quien no respetael fruto del vientre de una madre tendrá pocos escrúpulos en matar el mar Adriático, al que llamó "pulmón del mundo". Los pecados "sensuales" que se consuman en las playas, como si el mar, subrayó, fuese sólo "objeto de placer" y no, sobre todo, un bien de Dios.

Pecados políticos

No se olvidó tampoco de los pecados de los políticos, lamentando retrasos en la salvaguardia de un bien público, como también tuvo palabras incendiarias para una "economía de muerte", la cual, dijo, vierte las basuras de sus empresas en el mar, sólo por motivos "de consumismo y de lujo". Como otros años, durante la fiesta del mar, el arzobispo lanzó a las aguas una corona de laurel como símbolo de matrimonio con el mar. "Lo hacemos también este año", dijo, "aunque la épocaestá muerta", con la esperanza de que pueda re sucitar. Esto, añadió, sólo podrá pasar si los hijos de aquellas playas y de toda Italia "se arrepienten de sus pecados", porque, de lo contrario, "Dios podría destruir con el fuego aquellas ciudades apresadas por la vida mundana".

Ha pedido a todos los párrocos de su archidiócesis que se unan en oración para que Dios salve no sólo al mar de sus fétidas algas, sino, sobre todo, a los hombres, que "con sus pecados" son los responsables de tal "tragedia bíblica".

Mientras tanto, también el Ejército está trabajando contra la catástrofe de las algas, que ha alejado de aquellas playas al 50% de los turistas, según datos oficiales. Tiene previsto realizar un informe fotográfico con la tecnología más moderna y a todo color para poder estudiar mejor toda aquella superficie viscosa.

Ayer, el suplemento satíricode L'Unitá, el diario comunista, publicaba una viñeta muy graciosa. Un niño le dice a su padre en la playa: "Papá, ahí hay un hombre que no sabe nadar". Y el padre le responde: "No te preocupes, hijo, aquí basta con saber caminar". En otra viñeta, el enésimo listo de turno ofrece su receta definitiva para acabar con las algas: "Lo mejor sería", dice a los científicos, "empedrar todo el mar".

Protesta ecologista

Por su parte, los grupos verdes, como habían hecho los alcaldes del Adriático a las puertas del Parlamento creando una playa artificial con agua de algas llevada en cubos, se han instalado en el centro de Milán con botellas de agua, no del mar, sino de los ríos de Lombardía, más sucia aún que la del mar Adriático, a la que consideran responsable de la invasión de algas.

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