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COMUNICACIÓN

La mayoría de las instalaciones colectivas deberá modificarse para recibir la televisión privada

Los tres canales de televisión que el Gobierno está a punto de conceder al sector privado no van a colarse en los receptores sin que se note. Van a exigir previamente una dura prueba técnica que afectará a varios millones de hogares. El 80% de las actuales instalaciones colectivas de recepción de televisión -antenas colectivas y cables que conducen las señales hasta los pisos- deberá modificarse sustancialmente para poder recibir, a finales de este año o principios del que viene, las señales de los nuevos canales. Según fuentes del sector de las telecomunicaciones y de los instaladores de antenas, el coste de estas modificaciones puede suponerle a cada vecino un desembolso entre 5.000 y 30.000 pesetas, según los casos.

En la misma línea de lo que está sucediendo en Madrid con la entrada en funcionamiento de forma experimental de la televisión de esta comunidad autónoma, la llegada de tres nuevos canales obligará a. la reorientación y adecuación de la mayoría de las antenas de televisión. Este problema afectará fundamentalmente a Madrid y en menor medida a Barcelona, lugares en los que podrán recibirse los nuevos canales privados en una primera fase.En Madrid, los canales privados emitirán únicamente desde Torrespaña, y, por tanto, las antenas que estén orientadas a Navacerrada deberán cambiaí7 totalmente la instalación. En muchos de estos casos se necesitará incluso una nueva parrilla de antena. En Madrid se encuentran orientadas hacia Navacerrada el 70% de las antenas, y éstas deberán cambiarse para recibir las señales de Torrespaña. En Barcelona, este problema no se plantea con tanta crudeza, puesto que las señales se transmitirán desde el centro emisor del Tibidabo, como se viene haciendo ahora.

Los equipos receptores de las instalaciones colectivas deberán además incorporar tres nuevos amplificadores, uno por cada canal. El amplificador cuesta en estos momentos entre 6.000 y 9.000 pesetas. Por otra parte, según comentarios de Daniel Caño, presidente de la Federación Nacional de Instaladores de Telecomunicaciones (Fenitel), será necesario también cambiar muchos de los cables que unen las antenas colectivas con los receptores de cada casa "porque son de mala calidad, muy antiguos, y porque ya no tienen capacidad suficiente para hacer frente al crecimiento de la oferta de nuevos canales, los tres próximos privados y los que puedan venir".

Manuel Parajuá, ingeniero de telecomunicación y ejecutivo de Televés, señala que el cable desempeña una importancia de aproximadamente un 50% en este proceso de recepción. "Muchas instalaciones tendrán que cambiar el cable, pero se encontrarán con un grave problema: que el cable va empotrado, y, por tanto, resultará más barato y cómodo trazar una instalación exterior paralela, a pesar de las desventajas que esto supone".

La necesidad de realizar estos cambios técnicos ha sido confirmada en líneas generales por José Aznar, ingeniero de telecomunicaciones y directorconsejero delegado de Retevisión (organismo público encargado de transportar la señal de las televisiones privadas y de las públicas que no disponen de su propia red). Según Aznar, el organismo Retevisión llevará a cabo una campaña de información ciudadana sobre todos los cambios concretos que deberán efectuarse cuando las televisiones privadas comiencen a emitir en pruebas.

Control técnico y de precios

Dado que el problema de los cambios en las instalaciones afecta sobre todo a Madrid, la Unión de Consumidores de España (UCE), la Unión de Consumidores de Madrid (UCM), la Asociación Madrileña de Industriales Instaladores de Telecomunicación (Arnútel) y Radiotelevisión Madrid (RTVM) han firmado un acuerdo con objeto de que la intervención en los equipos de recepción se haga teniendo en cuenta no sólo el nuevo canal autonómico, sino también los próximos canales privados.

En el acuerdo se indica, entre otras cosas, que no debe hacerse ninguna instalación o reorientación de antenas sin estudio y presupuesto previo, que la banda orientativa de precios por la instalación de antenas y elementos principales se sitúa entre las 30.000 y las 50.000 pesetas (contando la antena, el amplificador, la fuente de alimentación, el mezclador, los materiales auxiliares y la mano de obra). Además, la UCE y Amútel crearán una comisión de trabajo, a la que invitarán al Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones y al Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones, para el estudio del desarrollo normativo de la ley de Ordenación de las Telecomunicaciones y la adhesión al sistema arbitral de Amiitel.

Una actividad de avispados

Muchos han sido los trabajos, oficios y pequeñas industrias que han surgido sin orden al amparo de la explosión de la televisión en los últimos años y que han dado sustanciales ganancias a quienes los han ejercido. Uno de ellos es el de la instalación. "Taxistas, porteros, policías, amiguetes avispados y manitas..., todos pueden hacerlo y lo hacen; en estos momentos instala el que quiere", dice Luis Cebrián, presidente de la Asociación Madrileña de Industriales Instaladores de Telecomunicación."La primera consecuencia de todo ello es el caos; la segunda, la baja calidad de muchas de las instalaciones, y la tercera, el intrusismo, porque nosotros estamos reconocidos por la ley y pagamos impuestos a Hacienda como instaladores, pero vienen otros y hacen nuestro trabajo por la mitad de precio", añade Cebrián. Los instaladores agrupados en la federación nacional, en la que están integradas unas 200 empresas de toda España, se precian de haber instalado, entre otras, casi todas las redes de los vídeos comunitarios, por lo que han sido criticados en otros sectores.

En la actualidad tienen pendientes contenciosos con los ingenieros de telecomunicación y con la administración de las telecomunicaciones porque reclaman que se desarrolle un reglamento que figura en la ley de Ordenación de las Telecomunicaciones en el que se reconoce su trabajo.

Las otras antenas

Los telespectadores que no vivan en Madrid y Barcelona y quieran tener acceso desde el principio a los canales privados podrán ver cumplido su deseo sólo si disponen ellos personalmente, su comunidad de vecinos o su municipio de una antena parabólica de recepción vía satélite, ya que las señales viajarán por ahora por uno de los satélites del consor cio europeo Eutelsat y a partir de 1992 por el satélite español Hispasat, una vez que esté operativo."Las actuales antenas para bólicas de 1,80 metros de diá metro servirán, aunque con ligeras adaptaciones, para recibir las privadas por satélite", señala el ingeniero y directivo de Televés Manuel Parajuá.

"Por otra parte, con una parabólica de 1,80 a 3 metros de diámetro y un reemisor que lance de nuevo las señales al aire en un área muy localizada, podrán recibirse los tres canales, por ejemplo, en centros de población rural".

El precio de este tipo de equipo receptor oscilará entre 400.000 y dos millones de pesetas.

La región española que cuenta con mayor número de antenas parabólicas -unas 3.200- es Andalucía. Sin embargo, esta misma zona, junto con Murcia y Castilla-La Mancha, es la región más discriminada en las comunicaciones de televisión vía satélite, según una denuncia reciente hecha por la Unión de Consumidores de España.

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