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Más supervivientes que víctimas en la catástrofe aérea de Estados Unidos

Un total de 178 supervivientes, 68 muertos y 52 desaparecidos era a primera hora de hoy el resultado del accidente del DC-10 de la compañía norteamericana United Airlines que intentó un aterrizaje de emergencia el miércoles en el pequeño aeropuerto de la ciudad de Sioux City, en el Estado de lowa. A bordo del avión viajaban 287 pasajeros y 11 tripulantes. Veinticuatro horas después, otro DC-10 de la United Airlines tuvo que realizar un aterrizaje imprevisto en su ruta entre Nueva York y San Francisco. Ambos sucesos han vuelto a suscitar la polémica sobre la inseguridad de los DC-10, que han sufrido numerosos accidentes en los últimos años.Parece claro que el accidente de Sioux City pasará a la historia más por el número de personas que lograron escapar de las llamas que por las muertas. El siniestro se produjo cuando el avión de United, que cubría el miércoles el trayecto Denver Chicago, sufrió un fallo hidráulico que afectó a uno de los tres moto res del DC-10, que se desprendió según informó la Administración Federal de Aviación (FAA)."El capitán nos comunicó que tenía problemas mecánicos. Poco después, el aparato perdió altura y el fuselaje comenzó a romperse", declaró Lori Michaelson, una de las viajeras supervivientes, una mujer afortunada, porque ni ella ni sus cuatro hijos sufrieron heridas de ningún tipo.

Según Michaelson, el coman dante del avión, A. C. Haynes comunicó a los pasajeros que intentaría un aterrizaje de emergencia y que el aeroplano tenía serios problemas de maniobrabilidad. Haynes, un piloto con 33 años de experiencia, también comunicó la situación del aparato a la torre de control de Sioux City, como se refleja en las cintas que se grabaron durante la comunicación. La aproximación a la pista del aeropuerto fue dramática y se prolongó durante 30 minutos. Antes de alcanzar el asfalto, el motor superior del avión estalló, provocando una sacudida que no permitió el aterrizaje, ya que el avión llegó a la pista en tres pedazos, envuelto en llamas y cubierto por una espesísima cortina de humo. La pista se llenó de restos de fuselaje humeantes y de gigantescas llamas.

Los afortunados supervivientes eran los que viajaban en la parte delantera del avión. Muchos de ellos se quedaron junto a la pista, de ahí que durante las horas que siguieron a la catástrofe, la FAA facilitará una lista de supervivientes mucho menor a la real.

Otro DC-10 protagonizó ayer un incidente, al producirse un aterrizaje imprevisto. La maniobra se efectuó sin que se registraran problemas, y sin que ningún pasajero resultara herido. La avería movilizó a los servicios de emergencia del aeropuerto de O'Hare, que no llegaron a actuar. En esta ocasión, el DC-10 tuvo problemas mecánicos en el motor del ala derecha. El piloto optó por aterrizar en Chicago después de haber comunicado a los pasajeros que el avión sufría problemas mecánicos y que debía tomar tierra.

Uno de los pasajeros declaró que antes de despegar en Nueva York el capitán les comentó lo seguros que son estos aviones. Los pasajeros del DC-10 fueron conducidos a la terminal de United para seguir su viaje a San Francisco poco después a bordo de otro DC-10. Una de las pasajeras declaró que "por unos minutos todos creímos que íbamos a convertirnos en la noticia del día".

La historia accidentada de un avión de McDonnell Douglas

El avión de United que se estrelló en Sioux City tenía 14 años, fue entregado a la United Airlines en abril de 1975 y había completado 50.000 horas de vuelos. Dos días antes del accidente, el aparato se había sometido a una revisión en Filadelfia, según un portavoz de la United Airlines. Los motores del avión habían sido construidos por la General Electric.El accidente de Sioux City abre de nuevo la polémica en este país sobre la seguridad de los DC-10, un avión de la McDonnell Douglas que ha protagonizado numerosos accidentes.

Los fallos hidráulicos han sido la causa de los accidentes más graves protagonizados por este avión de la McDonnell Douglas, que no cuenta ni con las preferencias de los pasajeros ni de las propias compañías aéreas. McDonnell Douglas, de hecho, anunció en agosto de 1983 el fin de la fabricación de DC-10, atribuyéndolo a la falta de pedidos.

En octubre de 1984, una de las piezas de un DC-10 de la compañía United Airlines, cayó sobre un suburbio de Chicago. En 1981, la rotura de un motor causó daños en una de las alas de un DC-10 de Air Florida en Miami, lo que obligó a hacer un aterrizaje forzoso en el que no se produjeron víctimas.

Los accidentes de los DC-10 ocuparon ayer las páginas de los periódicos nortemericanos. La Prensa recordó los 346 muertos cuando un DC- 10 turco se estrelló en París, en Marzo de 1974; los 257 que fallecieron cuando otro DC-10 neozelandés se estrelló en una montaña cercana a la Antártica en noviembre de 1979; los 74 muertos del accidente de otro de estos aparatos en México en octubre de 1979, y de las 273 víctimas del accidente de un DC-10 de la American Airlines en el aeropuerto O'Hare de Chicago el 25 de mayo de 1979.

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