Los juguetes de Nikolais
El programa que la compañía Alwin Nikolais Dance Theater presentó en el Festival Internacional de Danza de Itálica, donde estuvo cinco años atrás, fue pedido por la organización como muestrario de las diferentes épocas creativas del norteamericano Alwin Nikolais, para así rendir homenaje a esta figura de la modern dance, coreógrafo singular que desde hace 40 años trabaja en experimentos visuales obtenidos mediante la conjunción de luz, sonido y movimiento junto a toda clase de efectos escénicos que ayuden a distorsionar la realidad y producir la ilusión óptica.En su evolución, Nikolais ha dejado la pura abstracción para acercarse a una mayor exposición del bailarín y su figura humana. Así ocurre en Blank on blank (1987) y en Velocities (1986), en las que gesto y movimiento son protagonistas absolutos.
Alwin Nikolais Dance Theater
Festival Internacional de Danza de Itálica.11 y 12 de julio. Sevilla.
Triple duet from grotto (1973) y Crucible (1985) quedan en el término medio entre el efecto visual y la percepción de lo real, pero si bien la primera lo hace consciente y acierta en la idea, la segunda pierde toda su fuerza. Crucible pretende la línea primitiva de imagen de laboratorio , pero los adelantos de la técnica audiovisual han puesto muy alto el listón del asombro y la falta de cuidado de los bailarines en la precisión de cada acción emborronaba los efectos y ayudaba a la dispersión. Las dos piezas, por su falta de desarrollo y la igualdad de estímulos, se hicieron un poco largas.
El programa finalizó con una de las obras más antiguas de Nikolais, Imago (1963), valorable como ejemplo de la estética del maestro, que en su época fue una innovación escénica aunque ahora acuse el paso del tiempo. El público, numeroso y entusiasta, aplaudió cariñosamente al autor y su joven compañía.
La verdad es que después de contemplar las ideas coreográficas de tantos imitadores de las ideas de Nikolais y después de comprobar cómo los adelantos tecnológicos han rizado el rizo del espectáculo, la simplicidad que Alwin Nikolais mantiene en sus composiciones se contempla con más agrado. Sus coreografías son ingenuas y artesanales, como si bailarines, luces, vestidos, sintetizadores y objetos fueran sus juguetes.
Babelia
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