_
_
_
_

Carlos Puebla, cantor de la Revolución cubana

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Carlos Puebla, el que desde 1959, año del triunfo de la Revolución castrista en Cuba, se convirtiera en su cantor y embajador artístico en todo el mundo, falleció el martes en La Habana después de una enfermedad que lo mantuvo apartado de la actividad musical los últimos años. Nacido en Manzanillo -oriente de Cuba- en 1917, se dedicó prontamente a la canción, componiendo a lo largo de su vida unos 2.000 títulos, entre ellos Y en esto llegó Fidel, Rompiendo las relaciones, Ché Guevara o El son de la alfabetización, todos dentro del son tradicional cubano.Durante más de 30 años mantuvo su colaboración musical con el grupo Los Tradicionales, y permaneció siempre ligado a La bodeguita del medio, restaurante en el que en los años cincuenta amenizaba los mojitos, de los que disfrutaron, entre otros, el escritor norteamericano Ernest Hemingway. Sobre su música, Carlos Puebla afirmaba: "Toda mi obra se basa en ritmos de Cuba, ritmos que tienen algo de España y algo de África. En ellos introducimos los problemas del pueblo cubano, que son los problemas del subdesarrollo". Sus sencillas adaptaciones del folclore a contenidos actuales sirvieron de modelo al movimiento de la nova trova cubana, cuyos principales representantes, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, han mostrado siempre agradecimiento al maestro.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_