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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Marsillach presenta en Almagro un provocativo montaje de Tirso de Molina

Comienza el festival de teatro clásico

ROSANA TORRES, La obra El vergonzoso en palacio de Tirso de Molina, último montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigido por Adolfo Marsillach, fue estrenado el viernes como inauguración del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Acogido calurosamente por el público, el espectáculo, respetuoso con el texto, rompe esquemas en cuanto a la puesta en escena, que fue considerada, tanto por el público como por los responsables de la misma, como arriesgada.

Luces de neán, bosques humanos con paraguas sicodélicos, aires de music-hall, cortinas de cabaré, coreografías a lo Broadway realizadas por Elvira Sanz, cerámicas valencianas y aires circenses conviven a lo largo del espectáculo con el núcleo que forma la esencia de la obra, planteada tanto por Marsillach como por el escenógrafo Carlos Cytrynowski como un cuento con aires de narrativa oral, que recordaría al famoso cuento de la ranita, aquel en el que la bella doncella besa al batracio, que resulta ser un príncipe.Este doble juego ha sido más que intencionado por parte de su director. "Soy totalmente consciente de la provocación, y desde luego sé que en este montaje he apostado por un teatro arriesgado, aunque sin arriesgar el texto", comenta Marsillach, quien se refiere en este último aspecto al absoluto respeto que ha tenido el adaptador, el escritor y académico Francisco Ayala, con la obra de Tirso de Molina y que el director ha compartido.

Marsillach, que demuestra una especial predilección por el tratamiento que Tirso hace en sus obras sobre las mujeres, comenta de su puesta en escena: "En realidad hemos querido contar un cuento en el que hemos introducido elementos estéticos actuales".

En este sentido, el director afirma que no ha tenido miedo a la hora de enfrentarse a una puesta en escena llena de riesgos. "No tengo nunca miedo una vez acepto que quiero plantearlo así; soyjugador y me gusta apostar fuerte, ya que no me resigno a convertirme en un esmerado fabricante de espectáculos".

Investigación

En los mismos términos se expresaba Carlos Cytrynowski, figurinista y escenógrafo, con el que forma un compacto equipo Marsillach desde que se creara la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Juntos han roto moldes en los cuatro monta es anteriores de la compañía, pero en esta ocasión son conscientes de que entran en nuevos caminos aún más arriesgados que los que han venido recorriendo a lo largo de cuatro años. "No queremos bajo ningún concepto abandonar la investigación, recorrer todas las posibilidades a través de las cuales se puede abordar un texto clásico, posibilidades que se alejen de las existentes hasta ahora ya que éstas son conocidas", comenta Cytrynowski, "y sabemos que ello conlleva aciertos y equivocaciones, logros y errores, y con todas esas cosas contamos, con todas menos con anquilosarnos y no convertir esta compañía, además de otras cosas, en un centro desde el cual se pueda experimentar con los clásicos".

En el reparto de la obra intervienen, entre otros actores, Miguel Valenzuela, Ángel Amorós, Resu Morales, Jesús Bonilla, Juan Gea, Blanca Apilanez, Aitana Sánchez-Gijón, Fernando Guillén Cuervo, Adriana Ozores y Alfonso Goda.

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