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ECOLOGÍA

El cementerio de El Cabril será ampliado en 60.000 metros cúbicos y albergará 250.000 bidones nucleares

La Empresa Nacional de Residuos (Enresa) ampliará en 60.000 metros cúbicos la capacidad del cementerio nuclear de El Cabril, situado en Sierra Albarrana (Córdoba), a partir de finales de este año. Esta medida será tomada en breve plazo por el Ministerio de Industria y Energía y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y permitirá almacenar en este depósito 250.000 bidones de residuos radiactivos. Por otro lado, las autoridades de la Generalitat Valenciana llegaron este jueves a un acuerdo para construir, en la localidad de Domeño, un almacén para depositar 8.000 pararrayos radiactivos.

El cementerio nuclear de El Cabril albergaba en mayo de este año, según un informe oficial, 7.111 bidones de residuos radiactivos de baja y media actividad, procedentes sobre todo de instalaciones industriales y hospitales. Sin embargo, una resolución de marzo de 1987 adoptada por el Ministerio de Industria y Energía autorizaba a Enresa a instalar temporalmente en este depósito 5.000 bidones de residuos de baja y media actividad, procedentes de las centrales nucleares de Santa María de Garoña (Burgos) y Zorita (Guadalajara). Parte de estos bidones ya han sido transportados a El Cabril, según fuentes de Enresa que utilizará tecnología francesa en el nuevo emplazamiento. Los bidones se recubrirán de una capa de hormigón y serán introducidos bajo tierra a escasa profundidad.En el depósito que se va a construir en el término municipal de Domeño (Valencia) se almacenarán 8.000 pararrayos radiactivos. Por aceptar la construcción de dicho almacén, el Ayuntamiento de esa localidad recibirá de la Administración 600 millones de pesetas en 15 años, según Enresa.

Pero el mayor problema que tiene planteada la industria nuclear española es la acumulación de residuos de alta actividad. En estos momentos sólo hay 5.500 toneladas de estos residuos en las centrales españolas, según fuentes de Enresa. Su portavoz, Valentín González, asegura que la central que plantea una mayor preocupación en este sentido es la de Almaraz, en Cáceres, que tendrá llenas sus piscinas de residuos de alta actividad en 1993. "Para solucionar el problema construiremos un almacén centralizado para este tipo de residuos, pero aún no sabemos dónde. Hemos firmado un acuerdo con una empresa norteamericana para fabricar dos contenedores metálicos de 10 toneladas cada uno, que estarán listos en 1991".

El problema del aislamiento de los residuos nucleares se planteó ayer en Madrid durante una jornada de información sobre el programa europeo Pagis, celebrada en el Ministerio de Industria. Este programa, auspiciado por la Comisión Europea, se inició en 1982 y tiene como objetivo evaluar la seguridad del concepto de aislamiento de residuos nucleares de alta actividad en sistemas geológicos arcillosos, graníticos, salinos y bajo el lecho marino. Técnicos españoles trabajan ya en el estudio de terrenos favorables dentro del proyecto Era (Estudios Regionales de Alta Actividad), que prevé la instalación de algún laboratorio sobre el terreno para 1993.

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