El juicio contra Monzón quedó visto para sentencia
La juez Alicia Ramos Fondeville, presidente del tribunal que juzga a Carlos Monzón por el supuesto "homicidio simple" de su segunda esposa, la modelo uruguaya de 32 años Alicia Muñiz, y sus compañeros, los jueces Carlos Pizarro Lastra y Jorge Issach, se pronunciarán dentro de tres días si Monzón es "culpable" o "inocente". El fiscal ha pedido para Monzón 18 años de prisión.Las alegaciones finales fueron las esperadas. El fiscal Ferrara se basó en el testimonio del testigo Rafael Báez y la declaración de los médicos forenses para construir su teoría del "homicidio". Por su parte, Horacio D'Angello, abogado al que la defensa recurrió por su experiencia y prestigio en procesos similares, tejió también su hipótesis del "accidente" con los retazos de testimonios que, a su juicio, lo explican claramente. El fiscal ha pedido 18 años de prisión para Monzón por considerar probado el homicidio simple, tal y como había calificado el juez de instrucción de primera instancia. La defensa pidió la absolución porque en su opinión sostiene, en cambio, que no hay razones para condenar a un "inocente" cuando las pruebas no son suficientes pra culparle.
Los abogados de la familia Muñiz estiman que "el crimen quedó totalmente probado, ya no hay ninguna duda". Todas las declaraciones coinciden en que Alicia Muñiz fue sujetada por el cuello antes de caer y esto le provocó la pérdida del conocimiento. La muerte se produjo por el choque la cabeza contra el suelo pero el cuerpo no presenta ninguna lesión considerada "defensiva".
La defensa
La defensa recuperó parte del terreno perdido al lograr que el forense más respetado entre todos, el médico Manuel Floreán Díaz, descalificara al testigo Báez, "porque su relato no se ajusta a las lesiones que tenía el cadáver". Pero fue el mismo forense el que, con absoluta seguridad, confirmó que Alicia Muñiz fue tomada con fuerza del cuello y debió haber recibido enseguida "un golpe instantáneo".
Otro de los efectos especiales preparados por la defensa para la sesión previa al alegato fue el de pedir públicamente que se procese a los médicos que realizaron la segunda autopsia por el delito de "falso testimonio". Según el abogado Jorge de la Canale "es imposible" que se pueda diagnosticar la anoxia -un corte en el flujo sanguíneo por opresión de la arteria- cuando el cuello "estaba en estado de putrefacción, el cerebro se había licuado por el paso del tiempo y faltaba el paquete vascular del lado izquierdo".
Como detalle, la defensa se preocupó también por recordar el "estado alcohólico" en el que se encontraba Monzón aquella madrugada del 14 de febrero de 1988. Sus abogados consideran que, con lo que había bebido antes, durante y después de la cena, "ya estaba ebrio" cuando discutió con su mujer. Los médicos que le atendieron aquel día afirman en cambio que, "a pesar de estar alcoholizado", siempre se mantuvo lúcido.
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