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El Presidente de la Audiencia de Lérida pregunta a una presunta violada si llevaba bragas cuando fue atacada

El presidente del Tribunal de la Audiencia Provincial de Lérida, Josep Gual, que juzgaba ayer al presunto violador de una joven, preguntó durante el juicio a la víctima si el día de los hechos llevaba bragas, cuestión a la que ella respondió afirmativamente. El fiscal solicitó para el procesado Antoni Miró Argilés, de 26 años y vecino de Miralcamp, una pena de 14 años de reclusión mayor. El mismo tribunal ante el que ayer se celebró la vista dictó en febrero pasado la polémica sentencia de la minifalda.

La supuesta violación se produjo, según el informe del fiscal, la noche del pasado 4 de octubre, cuando la joven de 19 años Carmen M. C., vecina de Les Borges Blanques (Lérida), realizaba autoestop en la carretera, a la salida de la localidad de Mollerussa. El acusado, que en la actualidad se halla en libertad bajo fianza de 250.000 pesetas, pasó por aquel lugar después de las 11 de la noche y se ofreció a llevar a la joven en su coche. Pero al llegar a las proximidades de Les Borges Blanques, población en la que ella reside, Miró se introdujo en un camino cercano al cementerio, detuvo el vehículo y comenzó a acariciarla. Ante la oposición de la víctima, el presunto agresor sacó un cuchillo y violó a la joven.Durante la vista oral se puso de manifiesto que el agresor era amigo del novio de la víctima. Miró declaró que en ningún momento tuvo que recurrir a la violencia y a la intimidación para mantener la relación sexual, durante la cual la joven se comportó como si le gustara lo que hacía, según el testimonio del procesado. En cambio, Carmen negó este extremo y precisó que la penetración, durante la cual sólo sintió daño, se produjo en contra de su voluntad.

Ante las versiones contradictorias, el presidente de la sala, Josep Gual, se interesó por los detalles de la supuesta agresión. Gual insistió en el tipo de vestimenta de la joven y le preguntó si ese día llevaba bragas, confirmando ella que siempre suele llevar dicha prenda bajo el pantalón.

El acusado manifestó que fue ella la que se quitó la ropa voluntariamente y que sólo la penetró en una ocasión, mientras que la víctima señaló que fueron dos o tres veces y que el agresor fue quien le bajó las bragas con una mano, mientras con la otra le ponía el cuchillo a la altura del estómago.

El fiscal solicitó, además de los 14 años de reclusión mayor, una indemnización de tres millones de pesetas para la víctima. La defensa reclamó la libre absolución del procesado, alegando que se trató de una relación sexual consentida por la denunciante.

Este es el tercer caso de violación que se juzga en la Audiencia Provincial de Lérida en lo que va de año. En los dos anteriores, el tribunal impuso condenas de 13 y 15 años de prisión.

El mismo tribunal protagonizó en febrero pasado una agria polémica tras dictar la sentencia de la minifalda, en la que se justificaba un delito de abusos deshonestos cometido por un empresario contra una empleada, porque ésta vestía una minifalda. El fallo se hizo acreedor al premio Estropajo, otorgado hace unos días por la asociación Ágora Feminista.

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