Rigor presidencial
Una de las principales misiones del presidente es la de velar por los derechos del público, y por añadidura por el prestigio de la plaza. De ahí que el rigor puede ser una virtud si lo ejerce con mesura, y discriminada en función de la categoría del festejo. Si además el reglamento le impone la concesión de la oreja cuando el público la pide mayoritariarnente como ocurrió el domingo, tras la actuación de Manolo Corona en el cuarto novillo, la denegación puede convertir, y así ocurrió, el rigor en injusticia.Llegó este novillo un tanto crudo a la muleta, y como tenía casta embestía con cierta violencia. Corona lo toreó en redondo y al natural con hondura, trayéndoselo a la cadera. Con mucho sabor. El novillo transmitía emoción y no fue menor la que manaba del toreo del coriano. En su primero las series fueron cortas y le faltó continuidad. No era fácil el novillo, y requería llevarlo muy toreado, lo que no siempre ocurrió.
Hernández / Corona, Peralta, Escudero
Novillos de Félix Hernández bien presentados y bravucones. Manolo Corona: ovación; petición y dos vueltas. José Luis Peralta: ovación; vuelta. Ramón Escudero: aviso y ovación; silencio.Plaza de La Maestranza, 25 de junio
José Luis Peralta puso de relieve que tiene oficio. A su primero, que se quedaba corto, le aguantó bastante, pero no hubo brillantez. En el quinto hizo una faena de- más a menos. Pulcra y vibrante la primera parte sobre la mano izquierda. Con escaso temple en las series postreras. Ramón Escudero, gitano alicantino, pasó sin pena ni gloria. No baja la mano, torea hacia fuera, siempre saca la muleta por arriba y compone la figura. Quizás todo ello es consecuencia de que anda justito de valor.
Babelia
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