El acuerdo con la guerrilla es un "primer paso" hacia la paz, afirma el presidente angoleño

El presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, definió ayer como "un primer paso" hacia la paz en su país el acuerdo para el cese de hostilidades alcanzado el jueves en la cumbre de Gbadolite (Zaire) con la guerrilla de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), encabezada por Jonas Savimbi y respaldada por Suráfrica. El ministro de Exteriores de este país, Pik Botha, afirmó que se trata de "un gran paso para llegar a la reconciliación nacional en Angola".

Además del acuerdo de alto el fuego, que pone fin a 14 años de guerra civil y que debía entrar en vigor a las cero horas de hoy, el pacto estipula la integración de los miembros de la UNITA en la Administración nacional angoleña, en el Gobierno y en las fuerzas armadas, la no injerencia de otros países en las cuestiones internas y la formación de comités conjuntos para avanzar en el proceso de reconciliación.Dos Santos y Savimbi se encontraron frente a frente por primera vez, y se dieron la mano, en la cumbre de Gbadolite, a la que asistieron 18 jefes de Estado africanos. Al regresar a su país, Dos Santos declaró: "Hemos dado un primer paso; el futuro dirá" si ha sido bueno. Al responder sobre las eventuales dificultades de la puesta en práctica del acuerdo, Dos Santos agregó: "Nosotros, todos los angoleños representados por el Gobierno, actuamos de buena fe". El presidente de Zaire, Mobutu Sese Seco, declaró que los miembros de la UNITA serían integrados a la estructura del Estado angoleño, pero que Savimbi "no tiene intención de formar parte de un nuevo Gobierno".

Programa de desarrollo

Mobutu agregó, en una conferencia de prensa improvisada al día siguiente de la cumbre de la que fue anfitrión, que el líder de la UNITA había pasado la noche en Gbadolite, y que en la mañana de ayer había partido hacia Angola para imponer a sus hombres "el cumplimiento del alto el fuego".Suráfrica, por medio de Pik Botha, comentó que "África austral tiene necesidad de paz para que los líderes de estos países puedan consagrarse urgentemente al programa de desarrollo de la región".

Botha dijo que Pretoria había hecho lo posible por facilitar las negociaciones, sin dar más detalles, y subrayó el papel jugado por el presidente zaireño en el logro del acuerdo.

Hasta el pasado agosto, Suráfrica respaldaba militarmente a la UNITA contra el Ejército angoleño y sus aliados cubanos. Pretoria puso fin a ese apoyo mientras se realizaban las negociaciones con La Habana y Luanda concernientes a la descolonización de Namibia y la retirada de las tropas cubanas de Angola.

Dichas negociaciones culminaron en los acuerdos de Brazzaville, firmados el pasado 13 de diciembre y suscritos en las Naciones Unidas nueve días más tarde.

El ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Joâo de Deus Pinheiro, también definió como "un primer paso de un largo camino" las resoluciones de la cumbre de Gbadolite.

El ministro, que afirmó que sus declaraciones no eran oficiales, agregó que la paz conquistada en la ex colonia portuguesa "exigirá un enorme trabajo de cooperación por parte de los países amigos de Angola, entre los que está incluido Portugal".

La UNITA comenzó a combatir al Gobierno marxista que tomó el poder en Angola después de la independencia de ese país de Portugal, en enero de 1975, tras una guerra de guerrillas inciada en 1961.

Fuentes angoleñas informaron ayer en París que Savimbi -que calificó de "nuevo comienzo" la etapa que se abre en su país- había aceptado retirarse "durante un tiernpo".

El acuerdo de Gbadolite fue, al parecer, fruto de esfuerzos de numerosos líderes africanos, según fuentes diplomáticas.