Los comunistas se consolidan como segunda fuerza política
La mayor sorpresa de las elecciones europeas italianas ha sido que el partido comunista (PCI) no sólo no ha desaparecido, ni ha sido adelantado por su rival, el partido socialista (PSI) sino que se ha confirmado como el segundo partido del país -pese a su descenso con relación a las europeas de 1984- El PCI se sitúa a sólo cuatro de distancia de la democracia cristiana y con 12 puntos más que los socialistas, según los datos del sondeo del Instituto Doxa, que desde hace 12 años ha acertado siempre puntualmente los resultados electorales en este país. La democracia cristiana ha obtenido el 31,8%, el PCI el 27% y el PSI el 15%, según datos de dicho sondeo dados a conocer esta madrugada.
El único secretario de partido que se presentó anoche ante la cámaras de televisión para comentar los resultados fue el comunista Achille Occhetto, quien no pudo esconder la alegría que le invadía y que se dirigió sobre todo a los socialistas para decirles que el resultado de estas elecciones, en las que se había llegado a hablar de desaparición y hasta de funeral del PCI, han revelado con claridad que el único camino que puede ahora emprender el PSI es el de ser alternativa a la Democracia Cristiana, uniéndose para ello con todas las fuerzas progresistas del país.
Nueva fase política
Occhetto añadió que dichos resultados, si fuesen confirmados por los datos oficiales esta mañana, obligarán a abrir una fase política nueva en este país. Junto con la sorpresa de los resultados del Partido Comunista, lo que también ha sorprendido ha sido el resultado positivo de los verdes, quienes a pesar de haberse presentado divididos en tres partidos distintos han obtenido casi el 8% de los votos, confirmándose como el sexto partido, con mayores consensos que los socialdemócratas y que la nueva confederación de republicanos, liberales y radicales, quienes juntos han obtenido sólo el 4,5%.
En general, los resultados, en lo que se refiere a los desequilibrios internos italianos, confirman que los electores no han premiado al pentapartido, la formación de Gobierno de los últimos años, lo cual hará aún más difícil si cabe la resolución de la crisis de Gobierno en curso. Al mismo tiempo, se aleja la tentación de elecciones políticas anticipadas, ya que la pérdida, aunque pequeña, de votos de la DC y el crecimiento, mucho más pequeño de lo que se esperaba, de los socialistas, de quienes se pensaba que en estas elecciones iban a dar el salto superando a los comunistas, quitan a estos partidos las ganas de volver en breve a las urnas, cosa que en este momento sirviría sólo al PCI.
Menor participación
Los democristianos y socialistas han achacado el resultado poco halagüeño de sus respectivos partidos al hecho de que esta vez los italianos han votado menos que otras veces, aunque el porcentaje de 81,3% ha sido uno de los más altos de la media europea.
Anoche hubo fiesta en Botteghe Oscure, sede del partido comunista en Roma, cosa que no ocurría desde los tiempos del secretario general Enrico Berlinguer.
Los comunistas comentaron anoche como muy positivo el hecho de que los italianos no se hayan dejado sugestionar a la hora de votar por lo que ellos han llamado "una campaña infame" que se había hecho contra ellos, achacándoles casi la responsabilidad de lo ocurrido en China en estos momentos. "Los italianos", dijo Occhetto, "frente a quienes decían que no teníamos ni el derecho a existir, han respondido diciendo que tenemos que continuar siendo el segundo partido del país para que no falte ni una oposición democrática ni una izquierda autónoma y crítica".
[Por su parte, los mismos -extrema derecha- han obtenido un 5,6% frente al 6,5% de 1984 y 5,9% de 1987, confirmando su progresivo descenso de apoyo electoral, informa Efe].
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