Los votantess de la CDU se pasan a la extrema derecha
Los electores de la República Federal de Alemania (RFA) han castigado duramente al partido del canciller federal, Helmut Kohl, que ha perdido más de ocho puntos con respecto a las últimas elecciones generales de 1987, quedándose en un 37% de los sufragios. No obstante, no se han confirmado los peores augurios, que situaban al partido de Kohl por debajo del 35% y que podrían haber provocado una ofensiva de la cúpula de su partido para arrebatarte la jefatura de la CDU. " caída de la CDU vuelve a deberse, como en anteriores elecciones, a una masiva deserción de sus electores hacia la extrema derecha.
La ascensión de los Republicanos (extrema derecha), iniciada espectacularmente en las elecciones al Senado de Berlín, alcanzó ayer proporciones nacionales. El partido de Franz Shoenhuber ha logrado acercarse al 8%. de los votos, lo que le coloca en un nivel similar al de los verdes. Éstos mantienen sus ocho escaños en Estrasburgo con un 8,6% de los sufragios.Un Shoenhuber radiante aparecía poco después de las nueve de la noche por televisión asegurando que su partido "no va contra Europa", sino contra "esta Europa", y advirtiendo ya a los democristianos que no está dispuesto a pactar con ellos mientras se mantenga al frente del partido su secretario general, Heiner Geissler, uno de sus más odiados enemigos políticos y líder del sector centrista de la CDU.
Para la socialdemocracia (SPD), los resultados han sido discretos e incluso decepcionantes, ya que ha fracasado en su intento de superar a la CDU y lograr un índice de votos suficiente para poder crear una mayoría aritmética con alguno de los dos pequeños partidos parlamentarios, los liberales del FDP o los verdes. El desastre democristiano compensa en cierta manera esta decepción socialdemócrata, al igual que su incremento de votos en Baja Sajonia y su éxito en el Sarre. El SPD queda a ocho décimas de la CDU-CSU.
No ha sido el partido de Kohl el que se ha aprovechado de los últimos éxitos en política internacional de Bonn, tanto en lo que se refiere a la polémica sobre la modernización de los misiles tácticos de la OTAN -saldada en Bruselas con una clara victoria de las tesis de Bonn frente a las de Londres-, de la subsiguiente visita del presidente norteamericano, George Bush, y del paseo triunfal del presidente soviético, Mijail Gorbachov, por la RFA.
El 'efecto Gorby'
El llamado efecto Gorby ha sido aprovechado por el ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Gensher, que ha logrado la entrada de su partido en el Parlamento Europeo, tras cinco años de ausencia. Los alemanes han premiado al artífice de esta política.
La lectura detenida de los datos permite sacar algunas conclusiones que en parte explican la caída democristiana y el ascenso de la derecha, y que han provocado la alarma de todos los partidos democráticos. En el Estado federado de Baviera, los republicanos han conseguido cerca de un 15%, mientras que la CSU, el aliado bávaro de la CDU, que ejercía un virtual monopolio en vida de su líder indiscutible Franz Joseph Strauss, ha perdido más de 11 puntos. El éxito de los Republicanos es ya una auténtica escisión en el bloque conservador que puede haber perdido la capacidad de aglutinar a la derecha en un proyecto democrático. En Baviera, además, es doblemente preocupante en tanto que las próximas elecciones serán precisamente las de ese Estado federado. También en Baden Württemberg, la CDU ha sufrido un descalabro con pérdidas del 11%. Este resultado debilita también a Lothar Spaet, el máximo rival de Kohl para la jefatura del partido, y podría, paradójicamente, fortalecer al canciller ante la falta de una alternativa prometedora.
El canciller Helmut Kohl se enfrenta a un difícil período para conservar el poder en su partido ante su incapacidad para frenar el desmembramiento de la derecha.
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