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El presidente de México descarta la posibilidad de una suspensión de pagos de la deuda externa

Antonio Caño

El presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, descartó prácticamente la posibilidad de una suspensión del pago de su deuda externa al anunciar que la negociación con los bancos "todavía tomará tiempo", que su Gobierno prefiere no recurrir a la confrontación con los acreedores y que será necesario prorrogar, al menos hasta final de año, el plan antiinflacionario concertado por su Administración con todos los sectores sociales mexicanos."Estamos convencidos", dijo Salinas en declaraciones a este diario, "de que podemos obtener más por la negociación que por la confrontación". "Hay que estar conscientes de que la negociación va a tomar tiempo, porque queremos resultados buenos y duraderos, y no resultados para salir del paso", aseguró.

Ante la posibilidad de varios meses de negociación, todavía por delante, Carlos Salinas ha decidido iniciar los contactos con representantes de trabajadores y empresarios para extender el plazo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento Económico "cuando menos hasta final de año". Así, Salinas quiere quitarse la espada de Damocles que pendía sobre su cabeza con la finalización del pacto el próximo 31 de julio y la necesidad consiguiente de elaborar una política económica distinta, que posibilitase el crecimiento.

El Gobierno mexicano confía, no obstante la prórroga del pacto, en que el presente año concluya con un índice global de crecimiento del 1%, para lo que se buscarán fuentes de financiación distintas del impago de la deuda.

En todo caso, Salinas es optimista sobre los resultados finales de la negociación. En su opinión, las conversaciones sobre la reducción del total de la deuda "son tan nuevas que por eso hemos tardado más tiempo del habitual, pero hemos avanzado mucho para una conclusión positiva del proceso". Salinas cree que es mejor esperar un poco más con el fin de obtener un mejor acuerdo. "El resultado final", afirma, "tiene que permitir quitar el peso excesivo de la deuda para conseguir resultados que duren años y que permitan alcanzar la certidumbre que requiere la situación económica".

Carlos Salinas es optimista sobre la marcha de las negociaciones con la banca privada, que fueron desbloqueadas en el diálogo sostenido la pasada semana en Madrid, y "muy satisfecho de la calidad demostrada por el equipo negociador" mexicano.

México ha recibido, según fuentes oficiales, una contraoferta de los 15 grandes bancos acreedores de rebajar el 22% del total de la deuda contraída por este país con la banca privada, que alcanza los 55.000 millones de dólares. Esta contraoferta no satisface las esperanzas de los mexicanos, pero abre un margen para alcanzar un acuerdo futuro en torno a una quita del 30%.

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