Final feliz

Un estreno siempre es noticia. Más si se realiza dentro del marco de las orquestas nacionales. Anda ya lejos Pablo Riviére (Madrid, 1951) de sus primeras aventuras compositivas. Ahora, el antaño enfant terrible vuelve sus ojos hacia la cultura portuguesa "para tratar de evitar la tortícolis crónica que produce mirar al noreste", y lo hace poniendo música a cuatro poemas del gran Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-19:35) y sus heterónimos Alberto Caeiro, Álvaro de Campos y Ricardo Reis. El propio título de la obra, Orpheu, alude a la revista de poesía portuguesa publicada en la década de los años diez.Orpheu está bien construida, es variada, refinada y se escucha con sumo agrado.Ruy de Carvalho pone intensidad en la lectura de su poema, y los coros, tanto la escolanía infantil como el de Radio Televisión Española en su doble cometido -casi a cappella y con plena sonoridad-, sirven con eficacia a la integración de la palabra en el discurso poético-musical.

La gran estrella de la noche en el acto primero de La walkiria fue la cantante austriaca Leonie Rysanek (Viena, 1926). La mítica soprano lírico-spinto -que interpretó el personaje de Sieglinde en el primer Bayreuth de la posguerra- venía por primera vez a España.

Con un estado vocal sorprendente para su edad, Leonie Rysanek desentrañó hasta el último matiz las riquezas líricas y dramáticas de la partitura wagneriana.

La orquesta y su director percibieron la mágica situación y lograron una interpretación sorprendente.