El Banco de España, al margen del enfrentamiento en el consejo del Central

El Banco de España se mantendrá, por el momento, al margen de cualquier mediación en el conflicto que se ha vuelto a suscitar entre la dirección del Banco Central y su primer accionista, Cartera Central, la sociedad que controla el grupo Construcciones y Contratas. El banco emisor piensa que los problemas surgidos son producto de una situación inestable de todos conocida, que pervive desde hace más de un año y a la que han de buscar solución las partes implicadas.

El banco emisor instó hace un año a las dos partes a que llegaran a una solución negociada que no produjera una imagen de inestabilidad en el banco; entonces aún figuraba como accionista minoritario el grupo KIO.Mariano Rubio, gobernador del Banco de España, llegó ayer a Madrid procedente de Basilea y, por el momento, no ha tomado cartas en el asunto. La actitud de la autoridad monetaria es de expectación. El Banco de España está constantemente informado de la situación y de los movimiento de unos y otros.

Ayer se celebró la reunión de la comisión permanente del Banco Central. Esta comisión, compuesta por 10 consejeros, entre los que se encuentran Alberto Alcocer y Alberto Cortina, tiene como misión principal estudiar y resolver temas técnicos, tales como créditos y otras operaciones. Era probable que en esta reunión se retomara la previsible negociación entre Alfonso Escámez y Cartera Central, tras las últimas palabras cruzadas en los medios de comunicación, pero una fuente del Banco Central señaló que en dicha reunión no se analizó la última escaramuza planteada en el seno del consejo.

Esa misma fuente señaló que los equipos técnicos del banco siguen trabajando en el documento que sirva para dar respuesta a las críticas efectuadas en el consejo del pasado 16 de mayo por Álvaro Alepuz, consejero representante de Cartera Central. Es poco probable, dice el Banco Central, que se llegue a un pacto antes de la próxima junta general de accionistas.

Todo parece indicar que Alfonso Escámez, respaldado por los 18 consejeros afines, quiere que los accionistas se pronuncien el próximo sábado sobre la mejor solución a tomar en el futuro.