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"El arte es el gran espectáculo del final de siglo , según el escultor Andreu Alfaro

Comienza en Madrid una semana sobre Goethe, con la participación de Martin Walser y Agnes Heller

, El escultor Andreu Alfaro, que expone en Madrid a partir de hoy una serie de esculturas dedicadas a Goethe, afirma que "el arte se ha convertido en el fenómeno social y cultural más importante de¡ final del siglo XX". La exposición forma parte de una semana en torno a Goethe y la identidad europea, en la que participarán, entre otros, los escritores Martin Walser, Agnes Heller y Hans Mayer. La vitalidad del mercado, la gran asistencia a las exposiciones y el buen ambiente alrededor de los museos hacen pensar a Alfaro que la sociedad actual ha convertido el arte en un nuevo espectáculo.

Andreu Alfaro, nacido en Valencia en 1929 y premio nacional de Artes Plásticas, expone en la Fundación Mapfre Vida de Madrid (General Perón, 40), bajo el título De Goethe y nuestro tiempo, un conjunto de piezas escultóricas dedicadas a personajes del mundo histórico y literario del escritor alemán Goethe, como Wagner, Fausto, Halderlin, Schiller o Carlota de Weimar. En el mismo lugar de la exposición se celebrará esta seman un ciclo de conferencias y coloquios en torno a Goethe y la cultura como identidad europea, con la presencia de reconocidos intelectuales."En Goethe", explica Alfaro, "he encontrado una figura con la que coincido en muchas cosas. Una de ellas es su defe sa de la libertad". Se trata de un problema que ha preocupado al artista toda la vida, y que todavía hoy le preocupa en su definición más goethiana: "No entender la libertad colectiva sin la libertad de cada individuo".

El escultor utiliza indistintamente en esta línea de su trabajo el metal y el mármol, material que ha introducido en los últimos tiempos en su práctica artística. El ciclo de Goethe, tal como lo ha pensado Alfaro, puede estar completamente concluido en 1991. Mientras tanto, prepara numerosas exposiciones, en Colonia, el mes de septiembre; en París, el próximo octubre, y en Berlín, en noviembre. -

Autor de monumentos que ocupan las calles de un buen número de ciudades europeas, Alfaro confiesa que siempre ha tendido a proyectar grandes piezas, grandes esculturas para los ciudadanos. "Soy un dibujante que hace poco dibujo", explica. "Hago un dibujo de proyectos que aclaran mis ideas para esculturas, un poco como aquello que los italianos llaman bozzetto". El artista explica: "No he sido nunca un abstracto en el estricto sentido de la palabra. Siempre he intentado comunicar cosas, aunque ahora defino más lo que quiero expresar, a veces simplemente sensaciones".

Bastante distinta de la moda que se impone hoy día entre los jóvenes creadores, la escultura de Alfaro se ha basado siempre en la línea, la forma y el espacio. "La escultura actual es muy pictórica", afirma. "Podríamos decir que es como otra forma de hacer pintura. Se trata de una manera diferente de entender la escultura, más rápida, con una materia prima más barata y fácil de trabajar, que se acopla a las características de la sociedad de nuestro tiempo, lo cual no quiere decir que no haya escultores de gran calidad".

"Una obra está bien o mal al margen del éxito y del dinero", declara Alfaro cuando se le pregunta sobre el boom del mercado artístico. Y se entusiasma al describir el fenómeno que paraél supone el hecho de que centenares de miles de personas visiten las grandes exposiciones, que la sociedad haya llegado al punto de asumir cualquier propuesta estética, que la gente pueda llegar a preguntar en Valencia: "¿Qué hacen en el IVAM?", como si de la cartelera de un cine se tratara.

"El del arte es un espectáculo nuevo, es el fenómeno cultural más importante de final del siglo XX", concluye el escultor valenciano.

Aprender en el extranjero

Perteneciente a una generación de artistas que descubrió el arte moderno en el extranjero -"no hay ninguna figura importante de las que empezaron en los años cincuenta y sesenta que no haya estado en París en aquellos años"-, Alfaro reconoce que ya se ha perdido la componente vanguardista que aún marcó a los creadores de su promoción. Aquella componente que generaba anécdotas como la del enfado que al propio Alfaro y al pintor Josep Soler, Monjalés, les suscitó la pregunta del escritor Joan Fuster en los años sesenta: "¿Ganáis duros?". Alfaro cuenta con humor que se indignaron mucho porque ellos no hacían arte para venderlo.

Aunque asegura que sus creencias están cada día más marcadas por la comprensión y el escepticismo, Alfaro, un autor que no ha rehuido el compromiso con las iniciativas de la izquierda y de las opciones progresistas, resume su actitud actual con contundencia: "Más que la derecha o la izquierda, lo que no soporto es la estupidez". Sorprende a algunos la creatividad de este artista que ha abierto su propio espacio en el panorama de la plástica de las últimas décadas.

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