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LA CRISIS CHINA

Deng Xiaoping ataca a los "contrarrevolucionarios"

, Deng Xiaoping está vivo y aparentemente sigue siendo el número uno de China. El anciano líder reapareció ayer presidiendo una reunión en la que estaban todos los dirigentes políticos y militares más importantes del país, pero no el secretario general del partido comunista, Zhao Ziyang. Deng, cuya ausencia pública desde hacía tres semanas despertó el rumor de que estaba enfermo o había muerto, acusó a un grupo de "contrarrevolucionarios" de tratar con los disturbios actuales de instaurar una república burguesa en China, pero recalcó que sus gobernantes continuarán adelante con la política de reforma y de apertura al exterior. La reaparición del máximo dirigente chino coincidió con el inicio de una gran operación policial para detener a estudiantes e intelectuales sospechosos de haber participado en la protesta.

La televisión abrió el telediario de la noche con imágenes de una reunión celebrada ayer en un lugar no mencionado entre Deng Xiaoping y toda la cúpula política y militar del país. Deng entró sonriente, acompañado de varios dirigentes políticos, y saludó uno a uno a todos los jefes militares presentes. El aspecto físico del anciano líder, que está a punto de cumplir 85 años, parecía bueno. No tenía problemas para caminar y no se percibía en él ninguna señal que pudiera indicar la huella de alguna reciente enfermedad. Sin embargo, Deng volvió a tener algunas dificultades para articular palabras, como ya ocurrió durante la entrevista que mantuvo con el presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, el pasado 15 de mayo, la última vez en la que se le vio públicamente."Una ínfima minoría empezó los disturbios que luego han provocado una rebelión contrarrevolucionaria, cuyo objetivo es derrocar al partido y al sistema socialista e instaurar una república burguesa", dijo Deng en torno a una mesa ovalada. A su derecha estaba el primer ministro, Li Peng, y a su izquierda, el ex presidente da la República, el anciano conservador Li Xiannian, y el actual titular del cargo, Yang Shangkun. Deng se levantó luego para honrar a los soldados muertos en los disturbios y dijo que el Ejército Popular de Liberación es "digno de ser el Ejército del pueblo y es la gran muralla de acero del país".

En lo que se interpreta como un mensaje a Occidente, Deng subrayó: "Nuestra línea y política básicas no cambiarán", y afirmó que China continuará con la reforma y la apertura al exterior, "pero debemos examinar concienzudamente las experiencias". "Insistiremos en las que son correctas, pero deberemos corregir errores. En definitiva, debemos resumir nuestra tarea y poner nuestra vista en el futuro", concluyó en medio de aplausos. Muchos de los participantes tomaban notas, y otros, como el viceprimer ministro Yao Yilin, que pasa por ser un firme creyente de la economía centralizada, asentían cuando el viejo dirigente ponía énfasis en continuar adelante con la reforma.Concluido el discurso, la televisión mostró el momento de un retrato de familia. En primera fila, sentadas, figuraban las personalidades políticas. Deng estaba flanqueado a la derecha por Li Xiannian, y a la izquierda, por este orden, por Yang Shangkun, el único que no vestía uniforme Mao (Yang es general); el primer ministro, Li Peng, y el miembro del comité permanente encargado de la seguridad, Qiao Shi, cuyo nombre circula como probable nuevo secretario general del partido. Detrás, de pie, se colocaron en filas todos los comandantes en jefe de los diferentes cuerpos del Ejército.

La ausencia en el selecto grupo del hasta ahora secretario general del partido, Zhao Ziyang, es una prueba final de que el dirigente reformista ha sido definitivamente destituido. Otras ausencias significativas fueron la del miembro del comité permanente responsable de propaganda, Hu Qili, y la del ministro de Defensa, Qin Jiwei. Tampoco estaban el jefe del Estado Mayor del Ejército y dos viceprimeros ministros y miembros del buró político, Wu Xuequian y Tian Jiyun. Asistió, en cambio, el presidente de la Asamblea Popular, Wan Li, así como uno de los políticos veteranos más conservadores del partido, el ex presidente del Parlamento Peng Zhen. Otro componente de la vieja guardia, Chen Yun, envió un telegrama de adhesión. Por parte militar estaban los comandantes en jefe de todos los cuerpos del Ejército.

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