El Papa fue vetado en una catedral danesa por mantener la excomunión a Lutero
Juan Pablo II no pudo pronunciar ayer su discurso durante el rito ecuménico celebrado en la catedral luterana de Roskilde, importante centro industrial de Dinamarca. El Papa, que se encuentra de gira por los países escandinavos, pudo hacerlo más tarde en la residencia del obispo luterano Ole Bertelsen, en presencia de los demás obispos luteranos del país. La prohibición al Papa de hablar en la catedral se debió al hecho de que la Iglesia católica aún no ha levantado la excomunión a Martín Lutero.
El obispo luterano Bertelsen dirigió al papa Wojtyla en un discurso algunas frases más bien duras, en las que afirmó que "la institución eclesiástica no puede dar certidumbres, ni tampoco puede ser garantía de unidad y de salvación". Le dijo que no bastan "palabras buenas, ni sonrisas fraternales" para llevar a cabo la unidad de las iglesias separadas, cuando lo cierto es, subrayó, que "la condena de la doctrina luterana aún no ha sido anulada, lo que indica que las diferencias doctrinales no han sido aún eliminadas. Juan Pablo II le respondió con un discurso más bien conciliador, en el que hizo elogios a la "profunda religiosidad" de Martín Lutero. Respecto al tema espinoso de la excomunión que la Iglesia de Roma lanzó hace más de cuatro siglos contra el fundador del luteranismo, el Papa Wojtyla dijo que jurídicamente la Iglesia da la excomunión a la persona, y que por tanto sirve sólo para los vivos, y no es posible quitar la excomunión a un muerto.Añadió el Papa que lo que ahora hace falta es que "cesemos de juzgarnos mutuamente". Acabó Juan Pablo II haciendo votos para que otro de los muros que separan a los católicos de los luteranos, es decir, el problema del papado, pueda cuanto antes derrumbarse.
Juan Pablo II llegó ayer a Copenhague, capital de Dinamarca, aterrizando en el aeropuerto militar de Vaerlose bajo un imponente aguacero. Lo esperaba el primer ministro, el conservador Paul Schlutter, y un centenar de niños de algunas escuelas católicas empapados hasta los huesos.
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