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Bush estimula a Occidente a apoyar la construcción de la democracia en el Este

El presidente norteamericano, George Bush, llamó ayer en Maguncia a Occidente a asumir "la gran tarea" de ayudar a los países del Este en la construcción de la democracia y el pluralismo político, anunció una liberalización en el comercio de tecnología con el Este y reiteró la soficitud de demolición del muro de Berlín como "gran gesto" del fin de la guerra fría. Bush abandonó en la tarde de ayer la República Federal de Alemania (RFA) con destino al Reino Unido, última etapa de su primera gira oficial europea.

Bush propuso que la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) sea reforzada para fomentar el proceso democratizador en Europa oriental. Esta propuesta, que sin duda será objeto de reacciones de rechazo por parte de algunos países del Este, pide apoyo para los valientes hombres que por primera vez forman partidos políticos representativos en Europa del Este y quieren abrir con libertad y democracia el telón de acero".En la última jornada de su visita oficial a la República Federal de Alemania, en un ambiente de concordia entre Bonn y Washington del todo imprevisible hace pocos días, Bush hizo en la gran Sala Pheingold de Maguncia una declaración programática sobre las relaciones Este-Oeste y el futuro europeo. "Más libertades políticas en el Este, un Berlín sin muro, un medio ambiente limpio y una Europa menos militarizada, juntos, son características de una visión más amplia, de una Europa libre que viva en paz consigo misma", señaló el presidente norteamericano.

Las propuestas de Bush hechas ayer en Maguncia se referían también a una intensificación de la cooperación entre los bloques en la protección del medio ambiente. Bush ofreció tecnología e información occidental para combatir juntos ambos bloques las amenazas ecológicas en Europa y el mundo.

Intereses comunes

Bush se refirió a la integración europea de 1992 como "una sutil red de intereses comunes que en Europa occidental está a punto de concluir y que ya ha comenzado en el Este".

Poco después de asumir el cargo de vicepresidente a principios de esta década, Bush había provocado una tormenta política con una declaración de principios sobre el Este de Europa, hecha en Viena, en la que esbozaba una estrategia para minar la unidad de este área del mundo.

Los países más críticos hacia Bush fueron entonces los partidarios de una apertura hacia Occidente, y consideraban que sus palabras otorgaban argumentos a las fuerzas más reaccionarías del Kremlin y otros regímenes orientales para frenar los procesos de reformas. Hoy, cuando ante todo Polonia y Hungría están sometidas a fuertes ataques por parte de algunos países vecinos aún aferrados a la ortodoxia brezneviana, ante la solicitud de utilizar el proceso de la CSCE para favorecer a las oposiciones no comunistas en el Este, podría ocurrir otro tanto.

Ayer, Bush destacó las elecciones que se celebran el domingo en Polonia como el principio de un proceso hacia las elecciones libres que Stalin había prometido a los aliados al final de la guerra y el desmantelamiento del telón de acero entre Hungría y Austria como un gran paso que deberá darse también en la frontera entre las dos Alemanias y en Berlín.

"La guerra fría comenzó con la división de Europa. Sólo concluirá cuando esta división haya sido superada. El camino hacia la libertad lleva a una casa aún mas grande, una casa donde se unan Este y Oeste, una casa democrática, la alianza de Estados de naciones libres", declaró Bush. Bush llegó ayer por la tarde a Londres, donde hoy va a entrevistarse con la primera ministra, Margaret Thatcher, y va a almorzar con la reina, antes de asistir por la noche a una cena de honor ofrecida en Downing Street, informa Ricardo Martínez de Rituerto.

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