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Preocupación por el impacto del turismo en el área monumental de la Acrópolis de Atenas

Los trabajos en el Partenón incluyen ordenadores para dilucidar la posición exacta de las piezas

Jacinto Antón

El impacto de la incesante y masiva afluencia de turistas al área monumental de la Acrópolis de Atenas (cerca de cinco millones de visitantes al año y en constante aumento, según la ministra de Cultura griega, Melina Mercouri) preocupa a los conservadores y restauradores que trabajan en la zona. "No es sólo la presencia física de los millares de personas que pasan sobre la misma piedra cada día, sino que la mayoría hacen cosas que no deberían, como almorzar sobre los mármoles", señaló a este diario en Atenas el arquitecto Nicos Toganides, uno de los responsables de la restauración del Partenón, que servirá como modelo para la de otros monumentos griegos. En dos años, según el especialista, serán retiradas las estructuras de mecanotubo que ciñen la fachada principal (Este) del antiguo templo dedicado a Palas Atenea.

Los problemas con el turismo masivo en la acrópolis ateniense son similares a los que padecen otras grandes áreas arqueológicas del mundo. La situación es especialmente grave en Egipto, con el parque de Gizé (pirámides y esfinge) y los templos y tumbas de la zona de Luxor, absolutamente abarrotados de visitantes que además suelen mostrar muy poco respeto por los monumentos. Es dificil encontrar soluciones por cuanto los gobiernos no están dispuestos a frenar el flujo turístico, como aconsejan los especialistas en conservación o desviarlo hacia otros puntos. La mentalidad del turismo masivo exige cumplir el rito de visitar determinados lugares emblemáticos.El aspecto actual del más célebre edificio de la acrópolis, el Partenón, monumento orgullo de la Atenas de Pericles, construido entre el 447 y el 438 antes de Cristo, resulta bastante descorazonador: al andamiaje que cubre parte del templo, ocultando su aspecto y por el que circulan técnicos y peonaje, se añade una gigantesca grúa instalada en el recinto interior del edificio (cella) y cuyo brazo asoma ominosamente por encima de las columnas dóricas.

El proyecto de restauración del Partenón, que se inició en 1983 con financiación del Gobierno griego y las comunidades europeas -amén de otras aportaciones-, no concluirá hasta dentro de unos diez años, aunque los andamios serán retirados en un plazo de dos años, según Nicos Toganides. La restauración, explica el técnico, se está realizando en base a un programa muy claro: desmontar, limpiar y aplicar productos anticontaminación, y volver a instalar. No obstante, aún no están precisados los límites del trabajo y se espera una decisión sobre cuáles deben ser éstos. Uno de los aspectos más espectaculares de la próxima fase de restauración es el desmontaje de ocho de las 16 grandes columnas dóricas del lado norte del peristilo para su limpieza. El proyecto de restauración incluye el uso de ordenadores para la colocación de los elementos arquitectónicos en su lugar exacto.

"Una de las mayores complicaciones de nuestro trabajo es que aún no tenernos una solución definitiva para los problemas de contaminación", explica Toganídes. "Tratamos de encontrar un camino exacto para limpiar y preservar el monumento, pero no hay una fórmula; en Italia, que cuenta con construcciones semejantes y con la que colaboramos, se han empleado productos químicos, pero no ofrecen una garantía para el material por muchos años. Se ha comprobado que en unos veinte años el problema reaparece". La increíble polución atmosférica de Atenas y la dificultad de la aplicación de medidas útiles para reducirla, hace que la situación sea altamente preocupante.

El equipo que trabaja en el Partenón, con su cuartel general en una caseta adyacente al templo, se compone de un pequeño número de personas -una treintena- e incluye arquitectos, químicos y especialistas en la conservación del mármol que estudian la manera de reforzar este material. Para Toganides, acabar el programa de restauración en el tiempo previsto no es importante: "Lo realmente vital es realizar el trabajo adecuado, correcto, sin precipitaciones".

El arquitecto considera que el estado actual del Partenón no es preocupante en cuanto a su estabilidad estructural aunque, advierte, "pueden caer algunas piedras"; de ahí los trabajos de reforzamiento del mármol. Nicos Toganides considera muy grave la auténtica invasión que la acrópolis sufre a diario y que en verano alcanza cotas inimaginables, con los visitantes apretujados desde los Propileos (a la entrada) y sin espacio físico para moverse. Ver a unos individuos cortar las cuerdas que delimitan el recinto del Erecteion y correr a apoyarse en las columnas jónicas para un retrato es algo usual, como observar a turistas que intentan hacerse con algún pequeño fragmento de mármol de recuerdo.

Vigilantes del área arqueológica expresaron a este diario su preocupación por la imposibilidad de controlar la marea humana que descargan los operadores turísticos. El roce de millones de manos ha conseguido algo tan increíble como redondear piezas cuadradas de mármol.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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