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'Rock' para tiempos de crisis

La música española mejora su economía y asume menos riesgos creativos

El rock español se mueve entre la recuperación económica y la crisis creativa. Los 45 millones de discos vendidos en 1988, por valor de más de 38.000 millones de pesetas, y las 712.000 personas que asistieron el pasado verano a los principales conciertos y que dejaron en taquilla 2.000 millones de pesetas, confirman que el rock es un sector importante en la industria del entretenimiento. En el aspecto artístico, el mimetismo, la necesidad del éxito inmediato y las reticencias para afrontar riesgos de las grandes empresas discográficas afectan decisivamente a la música popular actual.

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El rock español ha salido de la crisis económica, que en 1984 lo situó en uno de los momentos más bajos de su historia. En 1988 se vendieron 45 millones de discos y casetes, por un valor de más de 38.000 millones de pesetas. A las 23 actuaciones más importantes celebradas durante el pasado verano asistieron 712.000 personas, que dejaron en taquilla 1.997 millones de pesetas. La música se ha convertido en un aspecto fundamental de la industria del entretenimiento.Este relanzamiento de la música como negocio sitúa al rock español una situación de aparente brillantez. El objetivo inmediato de los nuevos grupos es alcanzar rápidamente las listas de éxitos, que permita la posibilidad de supervivencia en un sector en el que los gastos de infraestructura aumentan progresivamente. El alquiler de un equipo medio de sonorización y luces puede alcanzar las 700.000 pesetas, lo que significa que los grupos de más prestigio exijan elevados honorarios. Con la contratación cerrada, Los Ronaldos darán este verano 70 conciertos, alguno a dos millones y medio de pesetas, mientras un veterano extranjero como John Martyn actuó el pasado viernes en Madrid por sólo 1,5 millones de pesetas.

Situación distorsionante

Los ayuntamientos ha contribuido a crear esta situación distorsionante. Su utilización de la música ha sido aprovechada por los artistas, que han elevado sus exigencias económicas, lo que ha afectado a la infraestructura, perjudicando a la iniciativa privada y eliminando los circuitos de invierno, ¡Imposibilitados de pagar cantidades tan elevadas.Hoy para el rock no hay situaciones intermedias. 0 se comienza o se triunfa. Las nuevas ideas pronto caducan y los grupos estandarizan su música una vez alcanzado el éxito para mantener su privilegiada situación. El auge del revivalismo, apoyado por toda una generación que mira atrás para conocer el pasado inmediato de una música popular que nació hace sólo 35 años contribuye a que la música actual busque el mimetismo, no la originalidad. Una parte importante del rock español practica estilos antiguos como el rockabilly una vez que grupos como Duncan Dhu han demostrado su rentabilidad.

La necesidad, de que los nuevos grupos consoliden su carrera en Madrid ha significado en los últimos años una depreciación del rock periférico, que ha reaccionado a través de la proliferación de pequeñas empresas independientes dedicadas a la edición discográfica. Encerrado en sus fronteras, necesitado de una mayor proyección y con dificultades para conseguirla, el rock en Euskadi ha visto desaparecer grupos importantes como Itoiz y Kortatu, mientras otros como 21 Japonesas y Tahúres Zurdos se disponen a coger el relevo cantando en castellano.

Tiempos pasados

La movida gallega ha desaparecido y sólo algunos grupos, como Siniestro Total, recuerdan la brillantez de tiempos pasados. La Guardia, Héroes del Silencio y El Norte son algunos de los nuevos grupos con aceptación que no residen en Madrid, mientras otros como 091, Stukas, Mermelada, Rosendo, Burning, La Frontera, Manolo Tena, PVP, Elegantes, Enemigos, Esclarecidos, Desperados o Mercedes Ferrer se mantienen en una situación difícil e injusta. Los grupos experimentales padecen serios problemas, mientras los reconocidos atraviesan los momentos más brillantes de su carrera.Pero el aspecto más interesante del rock español lo protagonizan los músicos que buscan una identificación con las raíces. El último de la Fila es un ejemplo de la adaptación iniciada hace años por grupos que todavía permanecen en activo, como Alameda y Medina Azahára. Junto a ellos, Ketama, Malevaje, Los Coyotes, Radio Futura, Martirio, Veneno, Pata Negra, Paco Ortega e Isabel Montero y Silvio, entre otros, representan lo más genuino de nuestro rock, con posibilidades de interesar al mercado extranjero, aunque tienen que luchar contra el inmovilismo y la carencia de iniciativa de las grandes compañías, que se limitan a apostar sobre seguro.

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