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La habilidad diplomática de Diego se estrella contra la actitud de Noriega

Antonio Caño

El ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Diego Cordovez, el victorioso negociador en la crisis del Asia central, ha comprendido en Panamá que es más fácil sacar a los soviéticos de Afganistán que al general Manuel Antonio Noriega de la jefatura de las fuerzas armadas panameñas.

El propio general le dijo a Cordovez y al resto de la delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA) que no tiene intención de abandonar el poder Noriega mantuvo en la tarde del miércoles una reunión de más de tres horas con la misión de la OEA que trata de buscar una solución negociada de la crisis panameña.Al término del encuentro, Noriega habló con los periodistas. Cuando uno de ellos le preguntó si pensaba seguir en su cargo, Noriega respondió: "Ésa es la pregunta del millón".

El jefe de las Fuerzas de Defensa manifestó que había expuesto a los ministros latinoamericanos que el problema de Panamá no es su mantenimiento en el cargo, sino "la agresión" económica y militar de EE UU". También advirtió que "lo que le pasa a Panamá le va a pasar a cualquier otro país de Latinoamérica".Sin resultados

La conversación con Noriega fue la última de una serie de entrevistas mantenidas por la delegación de la Organización de Estados Americanos, que tiene previsto abandonar hoy el país, sin resultados aparentes en su misión. Durante el día, los miembros de la misión se reunieron también con los candidatos del Gobierno y la oposición en las pasadas elecciones y con el presidente de la Conferencia Episcopal panameña, Marcos McGrath.

Aunque los negociadores latinoamericanos llegados a Panamá no quisieron desvelar el contenido de sus conversaciones, fuentes diplomáticas aseguraron que no han conseguido desbloquear la situación ni encontrar fórmulas de acuerdo para resolver la crisis política.

La oposición les transmitió que cualquier solución debe pasar por la destitución de Noriega y por el reconocimiento de los verdaderos resultados de las elecciones del 7 de mayo, anuladas por las autoridades. El presidente del oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD), Carlos Duque, candidato gubernamental en esos comicios, repitió, por su parte, que Noriega no es negociable y que, antes de cualquier solución, debe "cesar la agresión de Estados Unidos", cuyas tropas continúan practicando ejercicios militares a pocos kilómetros de la capital panameña.

Mientras tanto, el presidente, Manuel Solís, lanzó el miércoles una advertencia: si no se encuentra una fórmula de transmisión del poder antes del 1 de septiembre se quedará en su puesto.

Manuel Solís sugirió que nunca se entregará el poder a la oposición y que para el régimen lo importante no es resolver "el problema jurídico" de la transferencia del mando, sino solucionar "el problema político" de la presencia norteamericana en Panamá. Todas son palabras que indican claramente el deseo de los gobernantes panameños de perpetuarse en el poder.

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