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Aumentan las críticas al Gobierno británico por la muerte de tres miembros del IRA en Gibraltar

La palabra mentira empieza a aparecer en la Prensa británica para referirse a las declaraciones del Gobierno de Margaret Thatcher sobre las circunstancias en que fueron abatidos tres miembros del IRA en Gibraltar, mientras el Gobierno insiste oficialmente en que no tiene nada que ocultar e insinúa que se trata de una campaña de acoso de los periódicos, por pura venganza, contra determinadas políticas.

Una alta fuente gubernamental británica ha reconocido que para los tres miembros del IRA abatidos en Gibraltar "no había otra solución" y que el Gobierno no está ahora interesado en discutir los detalles exactos de lo ocurrido, sino sólo mantener buenas relaciones con España.Todo el asunto se está desarrollando en un terreno cada vez más pantanoso y prueba de ello es que esa predisposición conciliadora se ve contrarrestada por las declaraciones de otra alta fuente, que dice que en el Gobierno británico se considera que "la democracia española es muy frágil" y que "Felipe González necesita el apoyo de la policía". Toda la preocupación ahora, se dice, es la de salvar las relaciones con España y olvidarse de los detalles.

La tarea no parece fácil si se da crédito a lo que una fuente próxima al Gobierno ha manifestado a The Independent: "La democracia española es muy fragil. Si hay que elegir entre apoyar a la policía y ponerse del lado de los ingleses, en especial sobre Gibraltar, el Gobierno español no nos va a apoyar". Un aserto infantil envuelto en un tufo despectivo y nacionalista, como comenta un periodista que conoce muy bien lo ocurrido en Gibraltar.

El Foreign Office no quiso comentar ayer estas palabras, empeñado como está en evitar que el asunto se pudra más, aunque quienes siguen de cerca el caso perciben demasiadas contradicciones en la postura gubernamental.

No menos de 15 horas

Para The Independent las últimas revelaciones "hacen parecer cada vez más probable que los tres terroristas fueran ejecutados", conclusión a la que llega después de que fuentes policiales españolas manifestaran que las autoridades británicas tuvieron no menos de 15 horas para comprobar que el coche de los terroristas en Gibraltar no tenía ninguna bomba y que en la colonia se sabía de la inminente llegada de los tres miembros del IRA.Fuentes oficiales británicas niegan ambos extremos y tambien que su Gobierno haya recibido más de una declaración jurada del policía malagueño Tomás Rayo, como ha dado a entender el ministro español de Interior, José Luis Corcuera. Pero del intercambio de comunicados entre el Foreign Office y la policía española, la Prensa ha deducido que son los británicos quienes tienen más razones para ser económicos con la verdad. "Es difícil creer que ellos (los ministros) no han participado en el ocultamiento" de lo ocurrido, editorializa el mencionado diario, que habla de "mentiras que se han dicho para ocultarlo".

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El Gobierno niega que haya cometido irregularidades y dice ser víctima de una Prensa que quiere vengarse por las restricciones que se pretenden imponer a la información, y que esa Prensa se vale de declaraciones de policías españoles anónimos cuyas razones para hablar son un misterio.

La oposición está intentando forzar al Gobierno a deshacer las contradicciones que parecen existir y ayer el portavoz laborista para Irlanda del Norte, Kevin McNamara, remitió una carta a Margaret Thatcher para que responda a varias preguntas en su calidad de máximo responsable de la seguridad nacional. Otro parlamentario cree que la verdad va a ser la auténtica víctima del caso, porque no hay interés popular por fiscalizar las circunstancias en que se produjo la muerte de los tres terroristas del IRA.

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