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Nuevas dimisiones en la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Madrid

Los abogados y catedráticos de Derecho Penal José María Stampa Braun y Horacio Oliva, que ocupaban los cargos de diputados segundo y decimosexto, respectivamente, en la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Madrid, presentaron su dimisión al decano de la institución, Antonio Pedrol Ríus, por discrepancias con su gestión.

Los dos dimisionarios explicaron por carta, a finales de la semana pasada las razones que les han llevado a retirarse del gobierno de los abogados. Las cartas son diferentes en su tono, Stampa se despide de forma más amistosa mientras que Oliva utiliza un léxico más duro.Las dos nuevas dimisiones que se suman a las de José Garrido y Rosa María Sáez de Ybarra realizadas inmediatamente después del V Congreso de la Abogacía Española, celebrado en Palma de Mallorca, suponen un serio revés para Pedrol, que ve como se reabre una crisis que él consideraba ya superada.

Ayer se reunieron en el Colegio la mayoría de los miembros de la Junta, presididos por Pedrol, para estudiar la incidencia de los nuevos abandonos.

El decano, tras la deserción de Garrido y Sáez de Ybarra, que integraban el ala izquierda de su Junta de Gobierno, anunció el pasado 9 de mayo que los 21 miembros restantes permanecían a su lado. Estas manifestaciones, que aparentaban estabilidad y daban a entender que Pedrol había retomado el control de la situación, se producían mientras se celebraba un pleno de la Junta convocada a petición del sector pro PSOE para debatir los efectos del congreso.

José María Stampa y Horacio Oliva fueron los dos únicos miembros de la Junta que no acudieron ese día a la reunión, aunque su ausencia no se vinculó en ese momento a una crítica a la labor de Pedrol, sino a la existencia de compromisos laborales previos ineludibles debido a la premura de la convocatoria (ambos poseen dos de los más importantes despachos de Madrid).

Sorpresa

Las dimisiones han causado sorpresa en medios jurídicos, ya que Stampa, hombre de prestigio en el ala derecha, y Oliva, progresista moderado, no aparecían como los más enfrentados a Pedrol en su propia junta.Stampa en su carta de dimisión aduce razones profesionales y de falta de tiempo para atender debidamente las necesidades del colegio. Sin embargo, en fuentes que asistieron al Congreso, se especula con la posibilidad de que Stampa estuviera molesto con Pedrol por haberle hecho enfrentarse directamente con el sector crítico al designarle como presidente de la primera ponencia, que luego resultó ser la más conflictiva. La propia actuación del catedrático, al que algunos habían considerado como un delfín con posibilidades de suceder a Pedrol al mando de la abogacía, supuso un serio obstaculo para esas aspiraciones, ya que Stampa mantuvo enfrentamientos personales con los elementos más beligerantes de los críticos que le acusaron de dictatorial, poco democrático, y de demostrar escaso respeto hacia sus compañeros en el congreso.

Aunque en medios del Colegio de Abogados consideraban la dimisión de Oliva como una consecuencia del abandono de Stampa, lo cierto es que no tienen relación, salvo por su coincidencia en el tiempo.

Las críticas de Oliva son mucho más directas hacia la gestión de Antonio Pedrol, al que censura su actuación personalista al frente del colegio de Abogados, sin dar juego al resto de los diputados. Además considera que el decano debería poner su cargo a disposición de la Junta, tras el fracaso del Congreso de la Abogacía.

Oliva no quiso ayer hacer comentarios a su dimisión. Stampa no pudo ser localizado.

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