Más sobre la Maratón Popular de Madrid

a Maratones para el pueblo, de A. Gándara (6 de mayo de 1989), yendo por delante mi admiración sincera a su ingenio y mi total acuerdo con su crítica a la deficiente información municipal.1. Me sorprende comprobar la reacción ante este atasco y la absoluta docilidad con que se admiten los derivados de manifestaciones y desfiles militares (eso sí que es panem et circenses). ¿Faltará valor?

2. Nos llama usted "oficinistas" de "carne dubitativa" (?); yo ni soy oficinista ni trabajo sentado, cosa que seguramente no se puede decir de usted, cuya carne me guardo de calificar.

3. Dice que "no redunda en el deporte" una carrera como ésta. No creo que haya actividad más deportiva que la de ejercitar el cuerpo en competición con uno mismo tras meses de entrenamiento y sin afán de aplastar a nadie ni ganar gloria alguna, pues, lo crea o no, no nos mueve la ingenua pretensión de fama: es obvio que el público admirador brilla por su ausencia.

4. Usted debe de saber mucho, por experiencia propia, de nalgas asentadas, pero nada de maratones: ningún maratoniano piensa en exhibirse; somos conscientes de que los calzones no favorecen, y también de que con un traje (eso sí que es un disfraz), sólo corre Carl Lewis en los anuncios; nuestra indumentaria en carrera no es sino la más cómoda, la óptima para tal fin, y también más barata que la de cualquier otro deporte; cualquiera que no sea un perfecto ignorante en este tema sabe también que nunca ha de correrse una maratón con ropa "reluciente", sino usada una y mil veces. De tiendas de moda y urbanizaciones sabrá usted mucho, yo no.

5. El municipio no nos ha dado tanto: sólo cinco horas al año, las primeras de la mañana de un domingo de puente, para crear la feliz ilusión de que la ciudad no es propiedad exclusiva del automovilista.

6. El mal ejemplo dado a los jóvenes es sin duda el del padre "blasfemante" (sic) y desaforado, incapaz de digerir por una sola hora lo que quienes como yo, que no gozamos de vehículo, experimentamos diariamente: que hay que ceder ante los demás- Iñaki Ortigosa.