Barenboim, pianista y director
En el segundo concierto de la Orquesta de París, Daniel Barenboim dobló; quiero decir que actuó en su condición de director y de pianista. Como pianista, su versión del Concierto en do, opus 15 quedará en el archivo de los grandes recuerdos musicales como una lección de claridad en el juego, belleza en la sonoridad, fraseo admirable gracias a un trabajo dinámico de orfebre, expresividad concentrada y visión a la vez presente e histórica. En cuanto hizo Barenboim en esta página que Beethoven estrenó en Viena, bajo la dirección de Wranitzky, el año 1800, habita el pasado inmediato, pero no menos asoman los fuertes perfiles beethovenianos, o, lo que es lo mismo, se anuncia el sentimiento romántico.La orquesta, más que obedecer las indicaciones de Barenboim, parecía magnetizada por su piano y respondía con exactitud hasta en el más mínimo detalle.
Orquesta de París
Director y pianista: Daniel Barenboim. Violinista: Luben Yordanoff. Obras de Beethoven y Strauss.Auditorio Nacional, 16 de mayo.
En el aire vibraba ese non so ché de los días grandes, de las actuaciones sensacionales; en la memoria aparecía de cuando en cuando la sombra de Rubinstein. En la segunda parte, Barenboim abordó Vida de héroe, de Strauss, sinfonía poemática que sigue a Don Quijote y al Zarathustra y en la que resplandece el impulso narrativo, la emoción controlada y la variedad orquestal (incluso color instrumental como estructura), puesto al servicio de una resumida autobiografía. "Es un libro de imágenes, hasta cinematográficas", escribe Debussy, "pero el hombre que construye una obra semejante con tal continuidad en el esfuerzo está muy cerca del genio".
Si Barenboim no tuviera un largo historial de vida germana, su visión de Ein heldenleben resultaría dificil de entender. Puede que el ideal sonoro sea diferente al de las grandes formaciones de Alemania -o también que Karajan nos ha acostumbrado a su sonido grave y rugiente, que lograba no sólo de los músicos berlineses, sino también de los austriacos o de los milaneses de La Scala-, pero la estructuración, análisis y emocionalidad del gran poema logrados por Barenboim revelan el conocimiento de toda una filosofía, espléndidamente ligada a la dramaturgia. La versión escuchada ahora, en la que brillaron las intervenciones solistas del concertino, Luben Yordanoff, los personajes y sus acciones estaban vivos. Se explican las interminables ovaciones dedicadas por el público a maestro y a orquesta.
Babelia
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