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RELIGIÓN

La pornografía crea tanta dependencia como la droga, según el Vaticano

Juan Arias

La pornografía es pecado y, lo mismo que la droga, puede crear dependencia, afirmó ayer el Papa a través de un documento elaborado por el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales presentado a la Prensa internacional por el presidente y el secretario de dicho organismo, el norteamericano John P. Foley y el italiano Pierfranco Pastore, respectivamente.

El documento, que se titula Pornografía y violencia en las comunicaciones sociales, una respuesta pastoral, es más bien blando y se limita a pedir a los Estados que controlen" la producción, exhibición y distribución de material pornográfico para evitar, sobre todo, que pueda caer en manos de niños y jóvenes."Una exposicón frecuente de los niños a la violencia en las comunicaciones sociales -dice el documento- puede resultar turbadora para ellos, al ser todavía incapaces de distinguir claramente la fantasía de la realidad".Subraya el documento el carácter "pastoral" de la intervención vaticana sobre la pornografía y la violencia que retransmiten los medios de comunicación de masas, y afirma que "una actitud de pura restricción o de censura por parte de la Iglesia no resulta ni suficiente ni apropiada". Y añade que lo que la Iglesia tiene que hacer en este campo es "iniciar un diálogo continuo con los comunicadores conscientes de sus responsabilidades".

El documento, según se afirma en el texto, tiene un "carácter ético y práctico", y en él se anima a poner en práctica el consejo de san Pablo en su Carta a los romanos: "No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence el mal con el bien". En la conferencia de prensa vaticana de ayer fue objeto de risa el gazapo colado en la traducción francesa, donde se le hace decir a san Pablo: "No os opongáis al mal".

La pornografía -en el documento no se distingue nunca entre ésta y erotismo- se considera como una violencia contra la dignidad humana y los ideales cristianos. Se habla de la pornografía soft core, que "paraliza progresivamente la sensibilidad ahogando gradualmente el sentido moral", y de la hard core, "más excitante y perversa", que puede crear dependencia "como la droga", y conducir a actitudes "antisociales". Además, según el documento vaticano, la pornografia "cuestiona el carácter familiar de la sexualidad, al considerarla como búsqueda frenética del placer individual, más que como una expresión perdurable de amor dentro del matrimonio".

A los que invocan la libertad de expresión para justificar la pornografía el documento responde que "la libertad no puede confundirse con el libertinaje".

El presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales dijo que dicho texto se había pedido por varias conferencias episcopales ante la difusión de la pornografía en el mundo; que han estudiado el tema cinco años y que al final se optó por un texto corto, práctico y pastoral. Y en un momento en que todos quieren ser verdes, el arzobispo Foley dijo que el fin del documento es hacer de los católicos unos "ecologistas morales" empeñados en "limpiar el ambiente contaminado, para que la gente pueda vivir en una sociedad más sana.

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