'Porco' Madrid
Quiero empezar por definirme, pues no faltará quien me llame facha por lo que voy a decir. Soy orgullosamente español y madrileño. No soy creyente, estoy a favor de la libertad, del divorcio, del aborto, de la enseñanza pública laica y de las drogas (no de la delincuencia, muchos aficionados no son drogatas ni criminales), no simpatizo con la política exterior de Estados Unidos, no me gustan las bases americanas (las acepto como mal inevitable) ni la mili obligatoria (prefiero un ejército profesional), siempre me he inclinado por la República (no la chapuza del 31), pero respeto y admiro al rey Juan Carlos que ha hecho variar mi opinión sobre la Monarquía. He vivido 42 de mis 62 años fuera de España. Ahora he vuelto para quedarme y hay momentos en que de verdad me arrepiento.Antes animaba a mis amigos extranjeros a que conocieran España y, cuando volvían, me alegraba oír su impresión de la belleza del país y la simpatía, nobleza, honradez y amabilidad de su gente y las alabanzas a Madrid, "una ciudad jardín" en palabras de un italiano emigrante en Suramérica.
Me satisfacía leer en las guías de viajes en inglés que las calles de Madrid se regaban y barrían dos veces al día y estaban tan limpias que se podía comer en el suelo y que los españoles tenían hábitos de limpieza superiores a los de sus hermanos latinos. Ahora -¡los franceses nada menos!- dicen que les espagnols sont des cochons.
Madrid es la ciudad más sucia y desorganizada que conozco (y hablo del llamado Tercer Mundo), la sensación de incultura y falta de autoridad es abrumadora. Ahora trato de evitar que mis amigos vengan para que no se me caiga la cara de vergüenza y, cuando vienen, tengo que hacer malabarismos para que no vean tanta basura, ordinariez y barbarie. Porque, aunque a muchos izquierdistas les extrañe, se puede ser progresista, amar la libertad y odiar a la vez la mugre, la chabacanería y la falta de respeto a las elementales reglas de convivencia que han impuesto los drogatas, gamberros, macarras, guarros, huelguistas y piquetes desde que la izquierda manda en Madrid. (Y lo mismo puede decirse de casi todo el resto de España).
Unas autoridades con un mínimo de responsabilidad cívica, sabiendo que tienen que tolerar la conducta desconsiderada e inculta de una clientela de cuyos votos dependen, lo menos que podrían hacer es reforzar los servicios de limpieza urbana, nada difícil con los presupuestos que manejan, mucho mayores de los que había cuando Madrid era habitable, y con la abundancia de personal dedicado a tareas inútiles, por ejemplo, la ORA, que no recauda ni una mínima parte de lo que cuesta.
Cuando se publique esta carta tal vez se hayan presentado las mociones de censura que se preparan, tal vez no. Pero quisiera recordar, a quienes conserven los cargos o a sus sustitutos, tres imágenes que nos ha presentado Televisión Española recientemente, 1. Un mozalbete que comía pipas y escupía las cáscaras en la vía pública se declaraba "de izquierdas" y expresaba su disgusto ante la perspectiva de que gobierne la derecha. 2. La señora Thatcher daba el ejemplo recogiendo basura en un parque londinense. 3. El alcalde de México Distrito Federal (compañero de nuestros gobernantes actuales en la Internacional Socialista) destituía de un golpe a los 23.000 empleados en huelga del transporte urbano de su ciudad. Hágase cualquier cosa, con tal de que Madrid no siga siendo la Capital Europea de la Mierda, con o sin la perspectiva del 92. Quien lo haga recaudará muchos más votos de los que pierda.-
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