Manili: "Vengo como figura porque me lo he ganado"

Manuel Ruiz Manili, que hace hoy el primero de los tres paseíllos para los que está contratado en la feria, piensa que es justo este número de actuaciones: "Vengo como figura a San Isidro porque me lo he ganado donde se debe, en el ruedo". La terna la completan Curro Vázquez y Emilio Oliva. Lidiarán toros de Martínez Benavides.A Manili, 37 años y 13 de alternativa, le llegó el éxito rotundo que andaba buscando desde hacía mucho tiempo en la pasada feria, en la que salió en dos ocasiones por la puerta grande. "Conforme pasan los meses", afirma, "le voy dando la importancia real que tuvo, sobre todo comparando con otros compañeros que llevan muchos años gozando de mejores oportunidades y sin conseguir un triunfo así". Aquellos éxitos justifican para Manili su triple presencia en el abono de este año.

Además, el diestro no está anunciado con ganaderías duras, como era habitual en él. "Es que en eso, como en la subida de mis honorarios", explica, "deben notarse mis dos salidas a hombros de 1988". Dice que quiere demostrar que le valen todos los toros: "Al difÍcil le puedo, como entonces; y al cómodo le hago faena artística, que también sé".

Curro Vázquez, 38 años y 20 desde que se doctoró, también considera justa su presencia por partida triple en el abono: "Son muchos los bellos momentos que he alcanzado a lo largo de este tiempo, en el que nunca rehuí dar la cara en Las Ventas". Reconoce, no obstante, que todavía le falta un éxito definitivo como salir por la puerta grande. Aunque no le gusta que por ello le tilden de eterna promesa: "A estas alturas de mi carrera, y pese a todo, soy una realidad que cuenta con la preferencia del público de la plaza más dificil".

El más joven de la terna, Emilio Oliva, 25 años, quiere redondear el éxito que ha rondado en varias ocasiones desde que confirmó su alternativa en la feria de 1985, dos meses después de alcanzarla. Sus fallos con la espada han dado al traste con algunas buenas faenas. Suya es la marca de descabellos en Las Ventas, 35, en una corrida de la feria de 1986. "Aquello es una simple y simpática anécdota para contar a mis nietos", dice.

Una ganadería para los pobres

Francisco Martínez Benavides, propietario, hasta su reciente muerte, de la ganadería que lleva su nombre, dejó en su testamento todas sus posesiones a los pobres de su pueblo, Posadas (Córdoba). El ganadero, que murió soltero y sin descendencia a la edad de 82 años, señalaba en ese testamento que tanto sus fincas, Cruz del Madroño y El Parralejo, como la propia ganadería y el dinero que poseía, debían ir a parar a los más necesitados del pueblo. El Ayuntamiento, nombrado administrador de todos los bienes del ganadero, será el encargado de designar a las familias más necesitadas y acreedoras de este legado.Muchos de sus paisanos están pensando en hacer al ganadero un homenaje póstumo. Benavides, que llevaba una vida metódica y tranquila, pero siempre atenta a las labores propias del campo, vendía últimamente toda su camada al empresario Manuel Chopera. "Así me quito preocupaciones, que no son buenas a mi edad", comentaba.