La oposición convoca una huelga general en Panamá
La oposición panameña intentará la próxima semana la ofensiva final contra el régimen que dirige el general Manuel Antonio Noriega, aislado internacionalmente y seriamente dividido en su interior. Algunos intentos de negociación desarrollados en las últimas horas entre el Gobierno y dirigentes opositores no han conseguido hasta el momento esclarecer un desenlace que se cree inminente. Fuentes de la oposición dijeron que habían convocado para el próximo miércoles una huelga contra la anulación de las elecciones.
El Ministerio de Educación ha decidido suspender las clases para los estudiantes de todos los niveles ante el clima de inseguridad existente. Los trabajadores de los comercios y de los bancos corren la voz entre ellos de que sus jefes les han anunciado un cierre patronal a partir del martes próximo.Los partidos opositores quieren organizar una gran demostración de protesta coincidiendo con la convocatoria para el miércoles próximo de una reunión urgente de la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitada por Venezuela.
[Anoche, el presidente de Estados Unidos, George Bush, llamó "al pueblo panameño" a hacer "todo lo posible para alejar del poder" al general Noriega. En unas declaraciones formuladas en el avión que le conducía a Mississippi, Bush dijo a los periodistas que le acompañaban: "No voy a agregar una palabra más de precaución" porque "la voluntad del pueblo [panameño] debe ser respetada". Bush agregó que "tendría buenas relaciones con el pueblo panameño y los militares si Noriega fuese obligado a abandonar el poder", informa Efe].
[La agencia soviética Tass, por su parte, señaló ayer que "la peligrosa escalada de la presencia militar" de EE UU en Panamá muestra "el desprecio" de Washington "por las normas elementales del derecho internacional", informa France Press].
El Gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez ha retirado a su embajador en Panamá, como medida de protesta por el fraude electoral, y ha ofrecido al general Noriega asilo en Venezuela, lo que, teniendo en cuenta la experiencia de la crisis de hace un año, no suele ser una fórmula idónea para resolver la situación panameña.
Más que la decisión venezolana, ha sorprendido aquí la medida tomada por el Gobierno de México, que ha llarnado a consultas urgentemente a su embajador en Panamá, como demostración a Noriega de que esta vez Carlos Salinas ha decidido tomar parte activa en la presión internacional contra el régimen militar. También el Gobierno argentino ha denunciado "el agravio contra el pueblo panameño, ante el que no se puede permanecer indiferente".
Protesta de la Iglesia
La Iglesia católica se ha sumado a las protestas con un comunicado de los obispos en el que denuncian la anulación de las elecciones del pasado domingo como "un gravísimo irrespeto de la dignidad de todos los panameños", y exigen al Gobierno "respetar la voluntad del pueblo, libremente expresada". La Iglesia condenó la violencia ejercida por militares y paramilitares en los últimos días y se ofreció a interponer sus buenos oficios en la búsqueda de una solución a la crisis.Pero, por el momento, las vías de negociación están cerradas. Representantes del Gobierno, al parecer sólo civiles, y de la oposición sostuvieron el viernes un encuentro secreto, sobre cuyo alcance y contenido no se ha informado. Fuentes extraoficiales consideran que no pasó de ser un simple contacto, ya que resulta difícil establecer una verdadera negociación en la situación de vacío de poder que sufre Panamá.
El país está invadido de rumores sobre el estado de Noriega, a quien nadie ha visto desde hace días; del presidente Manuel Solís, de quien nada se sabe tampoco, y de la mayoría de los ministros y autoridades, que ni hablan ni aparecen en público, ni permiten que se sepa quién manda en Panamá. La situación resulta insostenible para el Gobierno.
A la lluvia de presiones políticas se suma además la amenaza militar de EE UU. Ya ha llegado a Panamá la mayoría de los 1.900 marines enviados por el presidente George Bush para reforzar la protección del Canal y la seguridad de los ciudadanos norteamericanos".
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