El Gobierno adopta medidas fiscales ante una situación económica que califica de "complicada"

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, calificó ayer la situación económica de "complicada" por lo que el Gobierno ha decidido adoptar medidas fiscales, tanto en los ingresos como en el gasto público. El Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto ley por el que se adelanta el pago del impuesto sobre los beneficios empresariales, lo que supondrá aumentar los ingresos del Estado en 135.000 millones de pesetas. También se decidió un nuevo recorte en el gasto público por valor de 115.000 millones de pesetas.

Solchaga presentó ayer ante los ministros un balance de la situación económica actual que fue calificada por el titular de Economía de "complicada" debido a las presiones alcistas sobre los precios. Los datos ofíciales indican que la economía está recalentada y "no se comprueba una desaceleración en el ritmo de crecimiento de la demanda interna". Por ello, el Gobierno decidió ayer "cornpletar las medidas monetarias con otras fiscales", siguiendo las recomendaciones del último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).Solchaga rehusó hacer comentarios sobre los incrementos salariales pactados hasta ahora -entre el 6% y el 6,5%entre empresarios y sindicatos y sus efectos inflacionistas. Sí se extendió, sin embargo, en un análisis del "deterioro rápido en nuestras relaciones con el exterior" que se refleja en una previsión de déficit de la balanza por cuenta corriente este año de unos 8.000 millones de dólares, más del doble que en 1988.

Lo más preocupante, en este sentido, son las entradas de capitales a corto plazo atraídas por los altos tipos de interés que están provocando una tendencia a la apreciación de la peseta. Sin embargo, Solchaga expresó su confianza en que la economía se enfríe y que los movin-fientos especulativos sobre la moneda se desvanezcan a lo largo del año. Ello debería traducirse, según el ministro, "en una depreciación suave" de la peseta.

El ministro señaló que la situación "es complicada" lo quesugeriría "rnayores restricciones monetarias" aunque esta línea se descarta por el momento porque se intentan evitar "rnayores subidas en los tipos de interés". Por ello, ayer se decidió actuar sobre la política fiscal tanto en la vertiente de gastos como de ingresos lo que supone detraer del dinero en circulación unos 250.000 millones de pesetas, el 0,6% del PIB.En ingresos, el Gobierno decidió ayer aprobar un real decreto ley por el que se adelanta el pago a cuenta del impuesto de sociedades. Este adelanto consiste en que si ahora las empresas pagan a Hacienda en el mes de octubre de cada año el 30% del impuesto sobre los beneficios que esperan obtener al finalizar el ejercicio en curso, ahora ingresarán en julio el 10%, en octubre el 30% y en diciembre el 15%. En total, adelantarán un 55% sobre sus perspectivas de beneficios aunque no varía el tipo impositivo que se mantiene en el 35%.

Los ministerios

De esta forma, el Gobierno pretende detraer directamente unos 135.000 millones de pesetas del dinero que manejan las empresas. La medida tiene vocación de permanencia en el tiempo, ya que no se prevé variarla más adelante aunque la situación mejore.Por el lado del gasto, el Gobierno decidió ayer recortar los presupuestos de los distintos ministerios en una cantidad global de 115.000 millones de pesetas. Esta medida se instrumentaliza en dos tramos. El primero afecta en 40.000 millones a una "no disponibilidad" de créditos presupuestaríos para operaciones de capital. Los 75.000 millones restantes se detraen de los créditos presupuestarios asignados el pasado año y que no se han gastado.

El reajuste presupuestario se añade a los aproximadamente 197.600 millones que ya se han restado del gasto público para atender las tres medidas sociales aprobadas por el Gobierno. Este nuevo recorte de 115.000 millones afectará a todos los ministerios, aunque Solchaga mencionó expresamente a Defensa (22.000 millones menos), Obras Públicas y Urbanismo (17.000 millones) y Transportes (9.000 millones).

El ministro calificó estas medidas fiscales de "relativamente suaves" porque "no estamos en una situación tan grave respecto a la inflación o a la balanza de pagos como para adoptar medidas más duras"."La gente", añadió el ministro, "no desea que el Gobierno aplique una medicina de caballo quesuponga restricciones en el empleo". Sin embargo, añadió que habrá que esperar unos meses para ver si son necesarias nuevas medidas.

Solchaga rechazó las acusaciones de electoralismo en su política económica y dijo que " cuando no se tienen argumentos se utiliza la descalificación", en una referencia a las críticas realizadas recientemente por el presidente de la patronal bancaria, Rafael Termes, sobre el uso de la política monetaria para controlar los precios.

En cuanto al nuevo impuesto sobre la renta, Solchaga relativizó que se vaya a producir un descenso en los ingresos del Estado. Señaló que faltaba información sobré cómo se van a distribuir las ganancias del capital entre los miembros de la unidad familiar en la declaración de renta separada. Sin embargo, al retrasarse el pago del impuesto hasta los meses de octubre y noviembre y retrasarse también el pago de las devoluciones hasta el año siguiente " el descenso en la recaudación no va a ser especialmente relevante este año".

Sobre si el atraso en el pago del impuesto puede tener efectos inflacionistas en los meses centrales del año al disponer las familias de más dinero, Solchaga dijo que "la gente debe saber que si no paga en junio, tendrá que pagar más tarde". "No creo" añadió, "que haya una orgía consumista, aunque hay un cierto riesgo de que los más irreflexivos lo hagan".

El ministro no descartó, por otra parte, que a mediados de este año se pueda decidir una subida en los precios de los carburantes si continua la actual tendencia al alza en los precios de los carburantes y en la cotización del dólar. Esta medida tendría como objetivo mantener los ingresos fiscales y se adoptaría en el caso de que la tasa anual de inflación desciencia, tal como espera el Gobiemo.