Amapola, ciudad sin ley
Es peligroso llegar a creerse los eslóganes que se lanzan en campañas propagandísticas, porque por lo general falsean las ideas.Así ha sucedido en el colegio Amapola, de l'Hospitalet de Llobregat, donde unos alumnos creyeron a pie juntillas aquello de En la escuela, pide la palabra.
Los alumnos de segunda etapa del colegio Amapola quisieron tomar la, palabra para hablar con el director y reivindicar unas actividades extraescolares que, pese a que fueron aprobadas por el consejo escolar, les han sido vetadas, modificadas y finalmente suprimidas por el director. En este intento de tomar la palabra y dialogar con el director, éste se cerró en banda y nunca mejor dicho, porque por cerrar cerró la puerta del aula para que los alumnos no llegaran a él.
En el forcejeo de abrir y cerrar la puerta, el director se hizo una herida en el dedo pulgar que, según el parte médico, era rotura del ligamento del dedo y por lo cual, se ha informado a la comunidad educativa, ha tenido que estar hospitalizado una semana en la Cruz Roja de la localidad.
El hecho sucedió hacia las diez de la mañana y a las cuatro de la tarde se les entregó a tres alumnos una carta por la que se les comunicaba su expulsión indefinida y en la que se especificaba que los motivos de la expulsión había que buscarlos en la comisaría de policía, el juzgado de guardia y la Cruz Roja.
Ustedes se preguntarán si se notificó al menos a sus padres la expulsión, y la respuesta es "no".
Puede ser que se pregunten si se les abrió expediente antes de expulsarlos, y la respuesta es "no".
Quizá les inquiete saber si los profesores-tutores fueron llamados o consultados, y la respuesta es "no".
Y quizá se pregunten si la Generalitat, mediante el inspector de zona Domingo Rivera, fue al colegio ante tan graves sucesos, y la respuesta es "no".
Y ahora pregunto yo: cuando la escuela ha hablado, ¿quién la ha callado?.-
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