La campaña electoral panameña adopta aires de enfrentamiento abierto

Más que para unas elecciones, para lo que Panamá parece prepararse ante la cita del próximo domingo es para el inicio de una guerra. Los dos bandos que se disputan el poder, así como el tercer contendiente, Estados Unidos, adoptan medidas y acciones que hacen pensar más en un enfrentamiento abierto que en una disputa electoral.

Mientras que el canal 2 de la televisión panameña, controlado por las Fuerzas de Defensa, pasa periódicamente leyendas en las que transmite instrucciones a los batallones de la dignidad con claves secretas, el canal 8 de la televisión norteamericana de la zona del canal advierte a sus 11.000 hombres que se encuentran bajo clave de alerta Bravo, lo que les impide participar en actividades fuera de sus zonas militares.Los batallones de la dignidad son unidades de civiles voluntarios formadas hace un año, en el momento más álgido de la crisis entre Estados Unidos y el régimen del general Manuel Antonio Noriega, y están adiestradas por fuerzas militares. La propaganda oficial dedicó estos días gran espacio al momento en que oficiales de las Fuerzas de Defensa entregaban armas a estos grupos.

Comandos similares de civiles armados tienen instrucciones, según la propia información oficial, de evitar acciones antigubernamentales en distintos barrios de la Ciudad de Panamá. Fuentes militares han difundido también la noticia de que elementos del batallón Machos de Monte, una fuerza de elite, han sido desplegados en distintos puntos del país con el fin de oponer resistencia a una eventual intervención militar norteamericana.

El punto culminante de este clima de tensión lo ha puesto el diario oficialista Crítica al advertir que "los barrios de los ricos" serán objetivos prioritarios de los batallones de la dignidad en el caso de que se produzcan disturbios. Varias familias de clase alta han expresado ya su miedo y su intención de abandonar el país También los diplomáticos y otros extranjeros han sacado parte de sus bienes más valiosos fuera de Panamá ante la eventualidad de un desenlace incontrolable de la situación que se está viviendo.

Algunas fuentes cercanas a la oposición afirman que, a diferencia de lo que ocurrió durante la crisis de hace un año, cuando fue destituido el presidente Eric Delvalle, existen ahora grupos opositores que están dispuestos a responder con la violencia ante cualquier provocación. La semana pasada fue fuertemente golpeado un joven que lanzó cubos de agua sobre una manifestación del Partido Demócrata Cristiano.

La Embajada de Estados Unidos ha impartido normas a los 50.000 norteamericanos residentes en Panamá para que tomen medidas especiales de seguridad, y, a través del Departamento de Estado, ha advertido a toda la población estadounidense que no debe viajar a Panamá en los próximos días. La representación consular norteamericana ha puesto en funcionamiento un número de teléfono de urgencia para que sus ciudadanos denuncien cualquier incidente en el que se vean involucrados.

Las Fuerzas de Defensa han hecho público un comunicado en el que se previene a los miembros de las fuerzas armadas norteamericanas que "se abstengan de merodear de forma sospechosa y encubierta" por las instalaciones militares panameñas. Asimismo, el Gobierno de este país ha precisado que está prohibido el uso de las credenciales que la oficina de prensa del Comando Sur está distribuyendo a los periodistas que quieran acreditarse allí.