Un grupo de socios del Casino de Madrid denuncia una maniobra de la directiva para vender el edificio
Un grupo de socios del Casino de Madrid ha denunciado una maniobra de la junta directiva para vender su sede social, un edificio modernista calificado de protección integral y situado en el número 15 de la calle de Alcalá. La propuesta de reforma de los estatutos permitirá, a juicio de estos socios, la entrada de grupos económicos que puedan hacerse con el control del casino. También critican la oscuridad con que se ha llevado un proceso que culminará mañana en una junta general extraordinaria. La directiva rechaza estas acusaciones y defiende la necesidad de modernizar y rentabilizar la sociedad.
"El Casino de Madrid es una sociedad fundada en el año 1836 que tiene por objeto proporcionar a sus socios medios culturales y lícito esparcimiento", reza el artículo 12 de los vigentes estatutos. En la reforma prevista se pretende que estos servicios se presten "al más alto nivel europeo e internacional".Para conseguir este objetivo, los socios críticos consideran que la junta directiva impondrá mañana a la asamblea general del Casino una revisión estatutaria para permitir la incorporación de "socios empresariales". La dirección del Casino, según señalan, quiere reservarse además el derecho de fijar libremente el importe de las cuotas de los socios.
El malestar comienza a emerger entre los socios del Casino de Madrid en 1984, cuando se acumulan las deudas por falta de liquidez. Un año después, la actual junta directiva, presidida por Manuel Hidalgo, cede la explotación de los servicios de restaurante, bar, sala de fiestas y discoteca a la empresa Gran Círculo de Madrid, SA. En virtud del actual contrato de concesión, suscrito en diciembre de 1986, la sociedad propietaria se compromete a modificar sus estatutos para "flexibilizar y agilizar la admisión de socios", así como a "acordar las condiciones en que personas que no tengan la condición de socios puedan acceder a determinados servicios".
El contrato cede la gestión de los servicios del Casino de Madrid por 10 años "prorrogables por otros dos períodos de 10 años a voluntad de Gran Círculo". "Este contrato implicó una venta simulada. Ninguno de los socios va a vivir tantos años", advierte uno de los críticos. La media de edad de los 1.000 socios del Casino se sitúa en torno a los 65 años.
El edificio de la calle de Alcalá tiene un valor económico "relativo", según uno de los socios críticos. "La protección integral que afecta a este inmueble hace muy difícil su reconversión en oficinas, pero conserva un gran valor para el sector de la hostelería, en una zona donde se encuentran las sedes de los principales bancos y existen pocos restaurantes de categoría", apostilla.
El secretario del Casino de Madrid, Luis Martínez de la Vega, desmiente que la Junta Directiva tenga previsto vender la Sede social. "Es falso afirmar que se vaya a enajenar el edificio. Esa gente no ha leído la propuesta", afirma.
Martínez de la Vega sostiene que la gestión de la actual directiva ha saneado económicamente la sociedad, sobre la que pesaba una deuda de 200 millones pesetas en la primavera de 1984. A finales de este año o principio del próximo estarán terminadas las obras de rehabilitación del edificio, que la directiva califica de "gran envergadura arquitectónica". El nuevo Casino contará con biblioteca, gimnasio, sala de juego, restaurante, y salas culturales y recreativas.
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