Rodríguez adopta un perfil populista en la recta final de la campaña electoral
El presidente provisional de Paraguay y candidato presidencia del Partido Colorado, general de división Andrés Rodríguez, de 65 años, se perfila en el final de la campaña electoral como un político populista con figura de padre bondadoso. El pasado viernes por la mañana, Rodríguez aseguró a más de 300 campesinos que llegaron a Asunción para exigir tierra que recibirán 2.000 hectáreas.
Por la noche, en un encuentro con la juventud del Partido Colorado, Rodríguez anunció la derogación del famoso edicto 3, de la época del dictador Alfredo Stroessner, que obligaba a cerrar todos los locales púlbicos en Paraguay a la una de la madrugada.Con las elecciones que se celebran mañana, Paraguay pasará a tener un padre bondadoso, tras casi 35 años de uno tiránico: el derrocado dictador Stroessner. Existen dudas y temores de si Rodríguez podrá conservar esa imagen por mucho tiempo. Amenaza a Paraguay una política de ajuste económico, con fuertes subidas de todas las tarifas de servicios públicos. En un clima de libertades públicas no será tan sencillo que el pueblo acepte sin rechistar esa política de ajuste.
Primavera de libertades
Hasta que llegue ese momento, Paraguay vive una primavera de libertades. Rodríguez no ahorra nada que pueda confirmar su figura de padre bondadoso, con oídos a las quejas del pueblo. Durante varios días 350 campesinos de la región del Alto Paraná acamparon en los locales del Instituto de Bienestar Rural (IBR) de Asunción. Por las aceras andaban tirados hombres, mujeres y niños de peso. Comían lo que les llevaban organismos asistenciales.Los campesinos reclamaban tierra, porque están hartos de ir de un lado a otro y alquilar su fuerza de trabajo. Exigían los campesinos 7.500 hectáreas, que no estaban cultivadas. Después de la caída de Stroessner, ocuparon las tierras. El pasado 13 de marzo fuerzas militares los desalojaron, pero ellos decidieron ir a Asunción a reclamar la tierra.
Tras varios días de tira y afloja, el viernes por la mañana Rodríguez se presentó en el IBR y habló con los campesinos. Uno de ellos dijo a este periódico: "El señor general Rodríguez se expresó a nosotros como buen católico, hijo de campesinos y dijo que él también fue agricultor y que sus padres trabajaban con machetes y palas. Yo por mi parte, le estoy muy agradecido". Los campesinos recibieron 150 machetes, palas y azadas relucientes de la marca española La Bellota. Algunos campesinos acariciaban con gesto de admiración las relucientes herramientas.
A primera hora de la tarde del viernes llegaron siete autobuses para transportar a los 350 campesinos de vuelta a su lugar de origen, a unos 400 kilómetros de Asunción. Regresaban con la fotocopia del decreto número 1.256, que lleva el emblema de la presidencia de la República "por el cual se autoriza al Instituto de Bienestar Rural la ocupación, mensura y loteamiento de 2.000 hectáreas de tierra del dominio privado en el distrito de Hernandarias". En un considerando dice el decreto, que lleva la firma de Rodríguez, que "en efecto, los funcionarios técnicos comisionados al terreno informaron de la existencia de más de 140 familias que carecen de tierra propia y tienen la apremiante necesidad de disponer de tierras aptas para el trabajo agrícola".
Juventud bulliciosa
La misma noche del viernes, Andrés Rodríguez se reunió con unos 5.000 jóvenes colorados, vociferantes y entusiasmados por el rock y la presencia del general. Rodríguez sólo pronunció unas palabras: "La juventud es libre, espontánea y bulliciosa, tiene la posibilidad de desarrollarse solazmente y el de poder divertirse con la frente y la limpieza que le caracteriza. Por eso deseo, querida juventud de mi patria, informarla que se ha dispuesto del levantamiento del edicto número tres, confiando que ustedes asumirán la responsabilidad de poder conducir sus actos libres y espontáneos y sin caer en ninguna clase de yerros". Concluyó Rodríguez, en medio del clamor de los jóvenes: ¡Que Dios y la virgen os acompañen siempre. Juventud, divino tesoro".El edicto número 3 estaba vigente desde hace 11 años. Stroessner lo había decretado por entender que con el cierre de los lugares públicos a la 1 de la madrugada se evitaba la proliferación de la droga entre los jóvenes. En Paraguay se comentaba que "como a Stroessner le gustaba levantarse a las 5 de la mañana, quería que todos madrugaran y por eso nos obligaba a irnos pronto a la cama".
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