La fusión fría provoca enfrentamientos y frustración entre los científicos americanos
MALEN RUIZ DE ELVIRA, Los dos grupos de científicos del Estado de Utab (Estados Unidos) que se adjudican la paternidad de la llamada fusión fría mantenían una tensa relación desde el pasado otoño. Los detalles que se están conociendo sobre este enfrentamiento pueden ayudar a comprender la actual batalla científica, pero no aportan nada al hecho de que los principales laboratorios de energía nuclear de Estados Unidos no han conseguido todavía reproducir el sencillo experimento, lo que hace bascular la balanza otra vez hacia el escepticismo.
El último episodio de la polémica científica sobre la fusión fría es el anuncio de la revista Nature de la publicación en su número del próximo jueves del artículo sobre fusión fría firmado por Steven Jones, uno de los contendientes.El pasado mes de septiembre, el Departamento de Energía de Estados Unidos mandó a Jones, especialista en fusión de la universidad de Brigham Young de Utah, para su revisión, una petición de fondos para realizar experimentos de fusión a temperatura ambiente, petición hecha por los químicos Martin Fleischmann y Stanley Pons, de la universidad de Utah. Esta universidad tiene su sede en la capital del Estado, Salt Lake City, distante unos 70 kilómetros de la universidad de Brigham Young. Jones dio su opinión favorable a la solicitud y sugirió que su propio equipo podía colaborar en el proyecto con una técnica propia de detección de neutrones. Había empezado la guerra.
A partir de entonces, las versiones de los dos grupos difieren. Fleischinann y Pons sugieren que Jones se apropió de su idea, mediante la cual se podría obtener energía a partir de agua pesada y metales como el paladio y el titanio. Jones afirma que lleva trabajando en el tema dos años. El caso es que los presidentes de las dos universidades intentaron hacer las paces. Finalmente, ambos grupos llegaron, al parecer, a un acuerdo. El 24 de marzo se encontrarían en la oficina de correos del aeropuerto de Salt Lake City para mandar sendos artículos a Nature, la biblia de las revistas científicas. Mientras tanto, se mantendría el silencio.
Retirada de un artículo
Sin embargo, el 23 de marzo Fleischmann y Pons dieron su ya famosa conferencia de Prensa para anunciar el descubrimiento. A partir de entonces las batallas se libraron en los medios de comunicación de masas.
La semana pasada Nature anunciaba que, tras haber sometido ambos artículos a las acostumbradas revisiones por otros científicos, había devuelto el suyo a Fleischmann y Pons para que añadieran algunas precisiones. Los dos científicos, que ya habían publicado otro artículo en una revista especializada, anunciaron que no tenían tiempo para realizar la revisión y retiraron el artículo. Esta semana Nature publicará en solitario el de Jones, mucho más acabado y elegante, según opinión generalizada, con una nota en la que señala que su publicación no implica que tenga más razón que Fleischinann y Pons. Sigue la guerra.
Sin embargo, en Estados Unidos, la frustración es la nota dominante en los grandes laboratorios. Ni Los Álamos, ni Livennore, dotados de todo el material imaginable, han conseguido reproducir los resultados de Fleischmann y Pons. Pero laboratorios mucho menos importantes, de Estados Unidos y del extranjero, han anunciado haber detectado calor, o neutrones, o tritio, o varias de estas variables que indicarían un proceso de fusión.
Pons ha llegado a decir en Los Álamos, donde 700 personas se reunieron para escucharle, que estaban haciendo el experimento mal y ha empezado a colaborar con los científicos del laboratorio. Detrás están los enormes y potenciales intereses económicos que han llevado a proteger todo con patentes.
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