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Dimite el primer ministro jordano

Ángeles Espinosa

El primer ministro jordano, Zeid al Rifai, presentó ayer su dimisión al rey Hussein, tras las protestas populares que durante la semana pasada sacudieron al país como consecuencia del aumento del precio de los productos básicos. La salida de Rifai, de 53 años, que ya era adelantada por algunos analistas israelíes el pasado sábado, ha sorprendido sin embargo por su celeridad.

El monarca hachemí se reunió ayer con sus más cercanos consejeros para discutir la formación de un nuevo Gabinete. El cese del primer ministro equivale en la práctica al de todo el equipo ministerial."El hecho de que los disturbios se hayan producido en el Sur, generalmente leal, no indica falta dé afecto hacia el régimen en sí, sino hacia la política económica del Gobierno", explicó Asher Suser, destacado observador político de la universidad de Tel Aviv, el pasado sábado. Suser señaló también en una entrevista emitida por Radio Israel, que el prestigio internacional e interárabe de Hussein se estaba dañando. "Rifa¡ es el foco del descontento y creo que esto puede ser muy bien interpretado como el fin de Rifa¡ como primer ministro", aseguró con visión premonitoria.

Desde que el pasado martes estallaran los primeros brotes de violencia en la ciudad de Maan, a 216 kilómetros al sur de la capital jordana, ocho personas han resultado muertas y varias decenas de ellas heridas. Las protestas, que según todos los indicios surgieron de forma espontánea, estuvieron motivadas por un incremento en los precios de entre un 15% y un 50% en productos tales como la gasolina, las bebidas, los cigarrillos o el teléfono. Estas alzas formaban parte de un paquete de reformas económicas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace unas semanas para intentar reducir el déficit presupuestario jordano.

Protestas por todo el país

En el transcurso de seis días las protestas se extendieron por todo el país, e incluso llegaron a alcanzar la ciudad de Salt, a 30 kilómetros escasos de Animan. Los manifestantes quemaron vehículos, atacaron edificios públicos y tiraron piedras contra la policía, en una actuación rápidamente calificada de intifada de los precios por los medios periodísticos. En efecto, la inmediatez y persistencia de las imágenes de sus vecinos palestinos -difundida con amplitud en los medios de comunicación jordanos- pudieron haber servido de ejemplo, por contagio, a los habitantes de uno de los países más estables de la región. Jordania cuenta con un elevado porcentaje de población de origen palestino."La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha impedido que grupos palestinos extremistas publicaran panfletos para atizar las protestas", ha asegurado el ministro israelí de Energía, Moshe Shalial. En unas declaraciones recogidas ayer por la mayoría de los periódicos israelíes, el laborista Shalial, que no citaba fuente alguna para su información, manifestaba que tanto el Frente Democrático para la Liberación de Palestina, de Natef Hawatmé, como el Frente Popular, de Georges Habache, pretendían lanzar octavillas con críticas al rey Hussein. Según este político, la acción de la OLP, a la que ambos grupos pertenecen, demuestra su interés por un régimen estable, en uno de los países que intenta con más ahínco mediar en el conflicto árabe-israelí.

Los incidentes, de una inusitada violencia en ese habitualmente tranquilo país beduino, coincidieron con la visita a Estados Unidos del rey Hussein. El monarca, que había salido de Anirnan el domingo anterior con destino a París, se encontraba ya en Washington y tenía previsto entrevistarse ese día con el presidente norteamericano, George Bush. No suspendió la visita, aunque el desarrollo de la situación de su país modificó, sin duda alguna, el contenido de sus entrevistas. Antes de que abandonara Estados Unidos, fuentes de la nueva Administración dieron a conocer una petición de Bush al Congreso para que cuadruplique la ayuda militar a Jordania y duplique su asistencia financiera para el próximo año.

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Precisamente, el dimitido primer ministro, amigo de la infancia del monarca, había recibido el encargo de éste para que se ocupara de forma muy especial del desarrollo de la economía jordana, una tarea en la que, según todos los indicadores, ha fracasado.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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