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CAMBIOS EN EL AYUNTAMIENTO

Una mayoría cómoda

Por primera vez desde el mes de junio de 1987 el grupo municipal del PSOE cuenta con una mayoría cómoda, aunque no absoluta, que le permitir, sacar adelante sus proyectos tras negociar con los dos concejales de IU. Desde las elecciones municipales, las relaciones entre el PSOE e IU en los ayuntamientos han consistido generalmente en un apoyo tácito sin llegar en ningún caso a un pacto global de gobierno.El apoyo, la mayor parte de las veces, se ha reducido a acuerdos puntuales o a la abstención en otros temas en los que, sin estar totalmente de acuerdo con el equipo de Gobierno, no compartía las tesis de la oposición del centroderecha. En el Ayuntamiento de Madrid los concejales de IU han seguido la política diseñada por su partido para todo el país y se han mostrado especialmente críticos en temas de urbanismo y transportes, logrando en algunos casos modificar las propuestas iniciales.

La relación de fuerzas en el pleno municipal, antes de la incorporación de los dos concejales centristas, tenía permanente mente expuesto al gobierno socialista a que el PP, único grupo que tiene suficientes concejales para ello, presentara, con el apoyo del CDS, una moción de censura contra Barranco. Esta posibilidad creó en los primeros meses de mandato una inseguridad a la hora de gestionar el Ayuntamiento madrileño y en menor medida la Comunidad.

Tras la elección de Joaquín Leguina, como presidente del Gobierno regional, en julio de 1987, Alianza Popular, hoy Partido Popular (PP), amenazó con presentar una moción de censura para derribar al presidente madrileño. En septiembre de ese mismo año, AP volvió a amenazar con la presentación de mociones de censura contra el PSOE en todo el territorio nacional tras verse desposeída de la presidencia de la Xunta de Galicia a causa de la moción de censura presentada por el PSOE y Coalición Galega contra Gerardo Fernández Albor.

A lo largo de 1988 la amenaza de la presentación de una moción de censura amainó ante los continuos desacuerdos entre AP y CDS en numerosos temas.

El intento más serio

El intento más serio para lograr que el PSOE dejara de aprovecharse de esta situación se produjo a finales de octubre de 1988. El entonces vicepresidente de AP y portavoz en la Asamblea de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, vio frustrada la posibilidad de presentar una moción de censura contra el presidente madrileño, Joaquín Leguina, al no contar, finalmente, con el que creía seguro apoyo del CDS. La operación incluía la presentación por parte de Álvarez del Manzano, portavoz de AP en el Ayuntamiento de Madrid, de otra moción contra el alcalde. Estos incidentes llevaron a Ruiz Gallardón a presentar su dimisión ante el entonces presidente del partido Antonio Hernández Mancha. Ruiz Gallardón basó su dimisión en que Hernández Mancha le había asegurado haber alcanzado un acuerdo con el CDS, extremo negado por los centristas.

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