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Recelo hacia Francia

Ángeles Espinosa

El recelo despertado en Siria y entre las milicias musulmanas de Líbano por la decisión del Gobierno francés de enviar dos barcos con ayuda humanitaria a ese maltrecho país se fundamenta en el error cometido por la potencia colonial durante la época de su mandato: el alineamiento bastante más que sentimental con la comunidad cristiana maroní. De ahí a afirmar, como ha hecho el diario prosirio As Sharq (El Oriente), que Francia se está "preparando para un ataque miíitar contra Líbano" y asegurar que uno de los barcos transporta munición para el sector cristiano va un trecho que ningún analista serio podría respaldar.El enfado de las autoridades de Damasco, hasta hace pocos días satisfechas con la actitud de París, tiene un origen más inmediato. Las críticas de responsables franceses a la presencia del Ejército sirio en el país vecino han suscitado su irritación. Las declaraciones que piden "la salida de todas las fuerzas extranjeras que ocupan Líbano bajo diversos pretextos, pero sin razón válida" (Roland Dumas), "la internacionaliz ación del arreglo del conflicto" (Jean-François Deniau) o la ayuda para los cristianos, "que son los amenazados hoy" (François Mitterrand) han dado a Siria en sus puntos más sensibles.

Amparado, primero, en la ya desap,arecida Fuerza de Disuasión Arabe y, después, en vagos llamamientos de ayuda de un sector libanés, el Gobierno de Hafez el Asad nunca ha considerado la presencia de sus tropas en suelo libanés como una ocupación. Siempre se ha sentido como una ofensa la equiparación de sus 30.000 hombres destacados en Líbano con la presencia del Tsahal (Ejército israelí) en el sur de ese país. A diferencia de las fuerzas de Tel Aviv, los sirios siempre han contado con el apoyo abierto de alguna de las facciones del rompecabezas libanés, sobre todo en el campo musulmán. Además han tenido la delicadeza de guardar las formas, colocando a un gendarme libanés en cada uno de sus puestos de control, repartidos por las tres cuartas partes del país.

El sueño nacionalista de la gran Siria se ha transformado, de la mano del presidente Hafed el Asad, en un objetivo más alcanzable: el predominio y conformidad políticas bajo su guía.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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