A Washington no le bastan las palabras
La hostilidad entre Cuba y Estados Unidos sigue gozando de excelente salud
Estados Unidos ha seguido con extremada atención la visita del presidente soviético, Mijail Gorbachov, a Cuba sin hallar en las manifestaciones del líder del Kremlin signo alguno de que la Unión Soviética vaya a abandonar a Nicaragua, respetando los intereses exclusivos que pretende tener Washington en lo que considera su patio trasero geoestratégico. Estados Unidos rechaza el llamamiento para que se ponga fin a la intervención militar de las dos superpotencias en América Latina y en el Caribe formulada por Gorbachov en La Habana.
"Es la misma vieja idea que han estado empujando", dijo el secretario de Estado, James Baker, en una primera reacción a un viaje que había suscitado expectativas de que produciría un anuncio para resolver el conflicto centroamericano.La visita del presidente soviético a la isla comunista, situada a 90 millas de los cayos de Florida, ha confirmado también el mantenimiento de la hostilidad entre Cuba y Estados Unidos y la imposibilidad, por ahora, de que mejoren las relaciones con la Administración de George Bush, con la que se había especulado a raíz de la elección, el pasado noviembre, del nuevo presidente.
La nueva portavoz del departamento de Estado, Margaret Tutwiler, reconoció, sin embargo, que en la afirmación de Gorbachov en Cuba de que la Unión Soviética se opone a "la exportación de la revolución" late un "nuevo pensamiento" internacional.
Pero las buenas palabras deben ser acompañadas de hechos concretos, pidió la diplomática norteamericana. Además, el líder soviético dijo también, en clara alusión a EE UU, que es intolerable exportar "la contrarrevolución".
Acuerdos incumplidos
El Departamento de Estado denunció ayer que "la URSS y sus aliados, Cuba y Nicaragua" están incumpliendo los acuerdos de Esquipulas que Gorbachov dice apoyar, mientras que Estados Unidos ha cesado la ayuda militar a los contra.
Washington pidió a Moscú que "cese la ayuda logística y militar a la guerrilla salvadoreña y a otras fuerzas irregulares en Centroamérica".
El presidente costarricense, Óscar Arias, que se encuentra en Washington, donde ha apoyado sin reservas el abandono por Bush de la opción militar en Nicaragua y la continuación de la ayuda humanitaria a los contra, lamentó ayer la falta de un compromiso más firme de Gorbachov, en su viaje a Cuba, con la paz en Centroamérica. "No enviar más armas a Nicaragua no es suficiente. Ni Gorbachov ni Castro han dicho nada sobre la ayuda militar que prestan al FMLN (guerrilla salvadoreña)".
Fidel Castro volvió a casti gar retóricamente al "imperialismo yanqui", provocando la salida de la Asamblea Nacional, donde pronunció su discurso, del encargado de negocios norteamericano en La Habana John Taylor, en señal de protesta por la diatriba antinorteamericana.
Días antes de la llegada,de Gorbachov a la isla, el secretario de Estado envió un memorándum secreto a todas las embajadas norteamericanas en el que se decía que Estados Unidos no estaba pensando mejorar sus relaciones con Cuba porque "el comportamiento de Cuba no ha cambiado suficientemente como para requerir la alteración de las actitudes norteamericanas.
Y Baker citaba en el documento, como preocupaciones de Washington con respecto al castrismo, sus vínculos militares y de espionaje con la URSS, su apoyo militar a Nicaragua y a la guerrilla salvadoreña y su supuesto apoyo a otros grupos guerrilleros en Latinoaniénica. "Cuba suministra a la URSS beneficios estratégicos y de espionaje que de otra forma no tendría", añadía la nota a las embajadas.
Carta de Bush
El presidente George Bush ha ordenado a su nuevo embajador ante la ONU que dedique tiempo a seguir el tema de la violación por Cuba de los derechos humanos. Y el Congreso y la Administración van adelante con los planes de crear y financiar la televisión Martí, como arma de propaganda contra el régimen de Castro.
Antes de que Gorbachov llegara a La Habana, en el primer viaje de un líder soviético a la isla desde el de Leónidas Breznev en 1974, Bush le envió una carta pidiéndole que pusiera fin a la injerencia de Moscú en Centroamérica.
El presidente dijo también en público que la Unión Soviética no tiene ningún interés legítimo en la región y "nosotros tenemos muchos".
El secretario de Estado utilizaba días después un simposio de los líderes latinoamericanos en Atlanta para advertir a la Unión Soviética que suspendiera la ayuda a Nicaragua y se retirara de Centroamérica si quería que mejoraran las relaciones con Washington y prosiguiera la distensión.
Las propuestas de Gorbachov en La Habana, crear una zona de paz desnuclearizada en Latinoamérica, sin intervención militar de ninguna de las dos superpotencias, son inaceptables para Estados Unidos.
Aquí se considera que el líder soviético sólo ha repetido, con diferentes palabras, la oferta que ya hizo a Ronald Reagan, en la cumbre de Washington en diciembre de 1987, de cortar la ayuda a Nicaragua si Washington se retiraba militarmemte de todo el istmo centroamericano.
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