Martin Esslin pide mayor intercambio en el Día Mundial del Teatro
El Día Mundial del Teatro se celebró ayer en varias ciudades españolas con la ya tradicional lectura de un texto escrito especialmente con esta ocasión, que este año ha sido elaborado por el crítico y ensayista teatral inglés de origen húngaro Martin Esslin, autor, entre otros, del libro El teatro del absurdo. El texto fue leído en Madrid por el dramaturgo Antonio Buero Vallejo durante un acto promovido por el Instituto Internacional de Teatro, en el que se le impuso una bufanda blanca a la estatua de Ramón María del Valle-Inclán.
El texto de Esslin, que fue leído ayer en todos los teatros del mundo, aboga por un mayor intercambio internacional del teatro como vehículo privilegiado para la conservación de las más auténticas manifestaciones culturales.
"En el teatro, donde todo el público se encuentra en el mismo espacio, frente a los actores, y donde éstos, presentes físicamente, pueden responder a las mismas reacciones que suscitan, una sociedad, una comunidad humana, toma consciencia de sí misma de una forma excepcional, no solamente porque los comediantes reflejan el modo de vida y las preguntas de esa sociedad, sino también porque el público, entidad colectiva representativa de la comunidad, reacciona aprobando y dando su acuerdo o rechazo a la imagen que de ella misma se le ofrece".
"Es que el teatro juega un papel muy importante en la formación de la imagen de un país, de una sociedad, de una cultura, en la comprensión de su identidad y de su especificidad; un papel más revelador quizá que ninguna otra expresión de la existencia de una sociedad".
Imagen
"La imagen que un país tiene de sí mismo, a través de su literatura dramática y su estilo de interpretación, no refuerza sólo el entendimiento de su propia identidad; esa imagen es al mismo tiempo un elemento básico de su visibilidad por el mundo entero; de ahí la extrema importancia de establecer una red regular de comunicaciones a través de las traducciones y representaciones de obras de otros países y de otras culturas, así como un intercambio intenso de compañías y de producciones teatrales entre los pueblos contribuirá no solamente a la mejor comprensión mutua, sino que permitirá la fecundación recíproca de las ideas y de las técnicas."En una época en la que el mundo está invadido por un diluvio de programas televisados baratos, organizados sobre simples criterios comerciales, el teatro vivo es guardián de las tradiciones y particularidades culturales, pero amenazado por esta avalancha de banalidades, es más que nunca anteriormente en la historia de la humanidad, esencial para la pervivencia de la riqueza y de la cultura humana".
Barcelona no celebró ningún acto especial para conmemorar el Día Mundial del Teatro, que este año ha coincidido con el lunes de Pascua, festivo en Cataluña.
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