Advertencia al "ayatolá" por la 'guerra del velo'

"Sería muy apropiado para Irán que no insistiera en declaraciones y actitudes que son incompatibles con normas universalmente aceptadas en las relaciones internacionales". Esta advertencia, contenida en un duro comunicado emitido el jueves por el Gobierno turco, revela hasta qué punto ha llegado la irritación causada, en un Estado que hace gala de su laicismo, por las interferencias de la vecina república islámica en la llamada guerra del velo. Las relaciones entre los dos países llegan así a su momento más crítico de los últimos años."Turquía es un país laico y democrático que ha sido siempre muy cuidadoso en no hacer comentarios sobre el régimen y los desarrollos internos iraníes", añade la nota, que considera que 1os esfuerzos para interferir en cuestiones que conciernen sólo a nuestro país resultan totalmente inaceptables.

Dos semanas de conflicto

El conflicto se inició hace apenas dos semanas, cuando algunos miles de integristas se echaron a las calles en algunas de las principales ciudades turcas para protestar contra la abolición por el Tribunal Constitucional, a petición del presidente, Kenan Evren, de una ley que permitía el uso del velo islámico (al que se denomina turbante) en las universidades. Los manifestantes compararon a Evi-en con Salman Ruslidie y pidieron su dimisión. Entre los numerosos detenidos hubo varios iraníes, y la mano del régimen de Teherán fue señalada por fuentes policiales como instigadora de las protestas.

"Confiamos en que esta nota permita acabar con el conflicto", aseguró a EL PA1 S un alto funcionario del Ministerio turco de Asuntos Exteriores, que pasó revista a los últimos acontecimientos y confirmó la adopción de medidas de control del peso y contenido de las valijas diplomáticas que, en los últimos meses, han sido utilizadas para introducir toneladas de propaganda integrista.

"Primero", afirmó la misma fuente, "empezaron dando cobertura a los incidentes, pero sin comentarios-; luego llegaron los comentarios, muy ofensivos; después, publicaron entrevistas con manifestantes. Fue en este punto cuando decidimos tomar medidas, inicialmente de forma reservada. Convocamos al embajador iraní y le advertimos que la actitud de su país afectaba negativamente a las relaciones bilaterales. Pero continuó la escalada, con una carta que 150 diputados iraníes enviaron al presidente Evren. Aún hubo más: nuestro embajador en Teherán fue invitado el miércoles al Ministerio de Exteriores, donde, pese a mostrarle la comprensión hacia la sensibilidad turca en este asunto, se le pidió que se levantase la prohibición del uso del velo. Siguió una declaración provocadora de la agencia Irna...".