El Opus Dei eliminó poco a poco de sus estatutos la mención a la clase dirigente

La elite intelectual es uno de los objetivos específicos del Opus Dei. Así queda de relieve, tras la publicación de sus estatutos en latín, en los diversos textos jurídicos que han regulado el funcionamiento de esta prelatura, a pesar de que esta idea ha sido modificada y suavizada en diversas ocasiones. La referencia a la clase dirigente de la sociedad ya no aparece en el actual Codex Iuris de la Obra, al contrario de lo que sucedía cuando, en 1943, era sociedad de vida común, sin votos.

Esta evolución se pone de relieve en el libro El itinerario jurídico del Opus Dei. Historia y defensa de un carisma, editado recientemente por Ediciones de la Universidad de Navarra. En el códige, de 1943 se afirmaba que "el fin específico es trabajar para que la parte intelectual y directiva de la sociedad civil se adhiera no sólo a los preceptos, sino sobre todo a los consejos de Cristo".En 1950, tres años antes de que se pusiera en marcha el plan de estabilización en España, las constituciones de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y del Opus Dei indicaban como orientación específica "trabajar con todas las fuerzas para que la clase que se llama intelectual -que es guía de la sociedad civil, tanto por la instrucción, en la que no tiene rival, como por los cargos que ejerce y el prestigio social por el que se distingue- abrace los preceptos de Cristo.

Adhesión a Cristo

En los estatutos de 1983 el Opus modificó nuevamente la fórmula de la siguiente manera: "La prelatura pretende con todas las fuerzas trabajar para que las personas de todas las condiciones y estados de la sociedad civil y, en primer lugar, los que se llaman intelectuales, se adhieran de todo corazón a los preceptos de Cristo".Durante el mandato del anterior Jefe del Estado, precisamente cuando estaban en vigor en la Obra las constituciones de 1950, el Opus contó con destacados socios que, tras la aplicación del plan de estabilización de 1959, estuvieron presentes en diversos gobiernos. Entre ellos destacaron Alberto Ullastres, Gregorio López Bravo, Laureano López Rodó y José María López de Letona. La prelatura ha afirmado siempre que sus miembros son perfectamente libres de participar de diversas ideologías políticas, dentro de la coherencia.

En consonancia con los fines específicos que rigen la prelatura, José María Escrivá de Balaguer, fundador de la Obra, afirmaba en 1948: "Sus fines [los del Opus Dei] son claros y precisos: buscar la perfección evangélica de sus mi embros mediante la santificación del trabajo ordinario, en los más distintos campos de la actividad humana. Son estos miembros quienes luego, con su personalidad que no han perdido ni vendido, actúan en el mundo bajo su personal y exclusiva responsabilidad. Para esto gozan de una absoluta libertad profesional, puesto que el Opus Dei no se inmiscuye en estas cuestiones".