Elecciones en la URSS
En menos de 20 días, los 177.000 colegios electorales abrirán sus puertas en la URSS. Mijail Gorbachov dice, con cierta antelación, que estas "primeras elecciones informales, de un valor indiscutible, harán entrar a los mejores soviéticos en los órganos legislativos supremos". El acontecimiento, según él, es de capital importancia para el futuro del país, y no ha cesado de subrayar, con motivo de su reciente viaje a Ucrania, el significado histórico de estas elecciones, no como las otras. Pero también ha dicho: "Tratamos de hacernos una idea más precisa sobre lo que conviene [en la campaña electoral] y de lo que deberá modificarse en el futuro". Muchos soviéticos piensan, por tanto, que para el siguiente período legislativo, dentro de cinco años, propondrá un medio de escrutinio más sencillo, que levante menos polémicas: ¡ya se han registrado más de 2.000 reclamaciones!Por el momento, las comisiones electorales, después de escuchar a todos los candidatos elegidos por la base, han preferido, democráticamente, dos o tres por circunscripción. Todos estos vencedores de la segunda fase de la competición han obtenido más del 50% de los votos en sus comisiones respectivas. En el 12% de las circunscripciones, sólo un candidato ha franqueado esta barrera y solicitará, por tanto, sin rivales, el escaño de su localidad. Pero tendrá que obtener el 51% de los votos del electorado censado, y en los tiempos que corren no es una tarea fácil.
Quienquiera que sea, desde el 26 de febrero, cada candidato y las 10 personas elegidas para ayudarle en su campaña se beneficiarán de vacaciones pagadas, de inmunidad parlamentaria, de transportes gratuitos y de otras facilidades para reunirse con sus electores, para exponerles sus programas, etcétera. La comisión electoral nacional ha fijado unas reglas muy estrictas, a fin de que ningún candidato resulte favorecido respecto a sus rivales, recordándoles que no deben sobrepasar ciertos límites dentro de la inevitable polémica electoral. Desgraciadamente, el presidente de esta comisión, Dimitri Golovko, debido a la imprecisión de la ley, no ha sabido explicar si está prevista una segunda vuelta en aquellas circunscripciones en las cuales haya empate y en qué plazo. En su opinión, en aquellos lugares en los cuales sólo hay un candidato, si no es elegido el 26 de marzo se empezará nuevamente desde cero el complejo procedimiento de la selección de candidatos. En cualquier caso, en Moscú no hay un candidato único, y la batalla para cada escaño se presenta apasionante.
El duelo más sensacional tendrá lugar, en la circunscripción de Moscú, para el colegio de las nacionalidades, la única para toda la capital. Al principio, después de la primera fase de elecciones, eran tres los candidatos en liza: Boris Eltsin, Andrei Sajarov y Vitalii Vorotnikov, presidente de la república federal rusa. Además, este último ha preferido presentarse en Voronej, donde no tendrá rivales, mientras que Andrei Sajarov, en una carta desde Canadá, ha explicado que, habiendo trabajado siempre en la Academia de Ciencias, desearía ser elegido por ésta o no ser elegido en absoluto. No queriendo dejar solo a Eltsin en una circunscripción particularmente prestigiosa, el partido de Moscú ha presentado frente a él a Evgueni Brakov, director de la fábrica de automóviles Zil, la empresa más grande de la capital. Muy popular entre sus 150.000 trabajadores, se considera que Brakov se hará con sus votos y los de sus familias. Pero Moscú tiene cerca de 10 millones de habitantes, y las preferencias de una sola fábrica no serán probablemente suficientes para hacer que la balanza se incline a favor de Evgueni Brakov. Boris Eltsia, según mis amigos, tendrá su revancha el 26 de marzo: destituido en 1987 por incapacidad para dirigir el partido comunista de Moscú, será volado por el conjunto del electorado moscovita.
Otro paladín de la perestroika, Vítalii Koritich, director de Ogoniok por el contrario, ha renunciado a la batalla, no debido a las presiones del partido, sino a las presiones de la derecha panrusa. Su reunión en la circunscripción de Sverdlov, celebrada en Moscú en enero, se ha visto virtualmente disuelta por los bandidos de Pamiat. No obstante, se ha incorporado a la carrera a partir de la segunda reunión (por 1.709 votos frente a 218), a principios del mes de febrero. Pero en la segunda vuelta, ante la asamblea de la comisión electoral, acogido por los silbidos y las injurias de sus enemigos panrusos, dejó la sala y retiró su candidatura. Sus amigos están muy decepcionados y piensan que ha cometido un error al perder su sangre fría. Ogoniok, con sus tres millones de socios, cuenta mucho más desde el punto de vista electoral que la minoría vociferantt de los panrusos.
Las cosas han ido mucho mejor para Yuri Afanasiev, rector del Instituto de Archivos Históricos y presidente ejecutivo de la Asociación Memorial (que se ocupa del monumento a la memoria de las víctimas de las represiones estalinianas, al igual quu para Roy Medvedev, historiador disidente durante mucho tiempo y publicado desde hace poco en su país. Yuri Chermitchenko, redactor de Ogoniok y publicista muy conocido, ha franqueado igualmente la barrera de la segunda vuelta. Otros de la misma tendencia parecen también muy bien situados en circunscripciones de la capital y de su extrarradio. En total, si todos estos candidatos progresistas fuesen admitidos, Moscú estaría bien representado en el Parlamento.
Por el contrario, en las grandes ciudades del Volga, en Saratov y en Riazan, parece que los conservadores y sus aliados se hubiesen llevado el gato al agua, y es en estas circunscripciones donde con mayor frecuencia ha habido un solo candidato. Es ahí donde se registra el mayor número de reclamaciones, porque la gente no está de acuerdo con una aplicación demasiado rígida del reglamento, que conduce a la eliminación pura y simple de los candidatos que hayan obtenido el 49,9% de votos. Un formalismo así siente la manipulación, incluso si los responsables de las comisiones electorales pretenden que están obligados a aplicar la ley al pie de la letra. Por otra parte, se recuerda que en el mes de enero, con motivo de las elecciones de la Academia de Ciencias, se seleccionaron 23 candidatos para 25 cargos, rechazando la inclusión de Andrei Sajarov en la lista, al cual le faltaban muy pocos votos.
Su situación actualmente es muy incierta. Los colegios denominados de organizaciones de masa -y la Academia de Ciencias, curiosamente, forma parte de ellos- elegirán sus diputados entre el 11 y el 22 de marzo. En asambleas grandes se votará a candidatos preseleccionados, y cada uno deberá obtener un 50% de los votos. Es probable que en la Academia, en plena efervescencia después de las elecciones impugnadas de enero, ciertos acadérnicos no franquearán la barrera y, por tanto, habrá plazas disponibles para los nuevos candidatos, empezando precisamente por Sajarov. Pero Dimitri Golovko, de la comisión electoral nacional, acaba de explicar que la ley no permite elegir en el acto a estos hombres nuevos. Podrá inscribírseles en una lista, sí, pero deberán hacer la campaña en su debida forma antes de presentarse ante una asamblea extraordinaria de sus grandes electores. Decididamente, Gorbachov no está equivocado al pensar que es necesario modificar muchas cosas en un proceso tan bizantino. Pero el hecho de que la URSS no haya tenido nunca elecciones informales como la de este año es igualmente indiscutible.
Traducción: Esther Rincón.
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