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Crítica:'POP'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Crooner' en blanco y negro

A pesar de lo pretencioso de su apodo, Colin Vearcombe, conocido artísticamente por Black, no canta mal aunque sea blanco e interprete música de raíz negra. Es más; se defiende magníficamente en las baladas, donde su voz suave y profunda puede ofrecer una amplia gama de matices. En ocasiones recuerda a David Bowie; otras veces, la sombra de Brian Ferry planea sobre el escenario, pero, aun sin tener el carisma que da la experiencia de estos dos artistas, Black cumple su papel con dignidad y no se limita al papel de simple imitador.Preocupado por no convertirse en artista de moda pasajera, Black sustenta su música en la habilidad para componer canciones que desprenden clasicismo y alcanzan la comercialidad por sus arreglos pop, barnizados por una sofisticación que impacta en un público que busca la "calidad" a través de músicas recicladas.

Black

Colin Vearcombe Black (voz, guitarra), Gordon Longworth (guitarra), Pete Adams (teclados), David Levy (bajo), Mike Gaunt (batería), Martin Green (saxo, flauta), Tina Warrilow (coros), Sara Jones (coros). Pabellón de Deportes del Real Madrid. Madrid, 14 de marzo.

El concierto que Black ofreció en Madrid, ecuador de una gira que recorre seis ciudades españolas y finalizará el próximo sábado en Valencia, demostró que el cantante es capaz de superar el meloso atractivo de sus discos con un planteamiento en directo mucho más fuerte y enérgico. Pierde intimidad, pero consigue mantener el interés de un público no demasiado exigente con una música rítmicamente fácil, compleja en melodías y, a veces, árida en arreglos.

Los mejores momentos del concierto llegaron con las canciones menos evidentes. Cuando interpretó en solitario con la guitarra acústica se introdujo en un pop más abierto, recordando a Sting, y abordó temas influenciados más directamente por el jazz, emulando a Al Jarreau. Naturalmente, fueron los momentos más difíciles y de menor aceptación, pero en los que Black mostró sus posibilidades al máximo, sin preocuparse de mantener exigencias comerciales.

Black mantiene su imagen de crooner, su estética en blanco y negro, y el aparente distanciamiento de su música en disco no se produce en directo. A esto contribuye su extraversión en escena y, sobre todo, unos músicos de acompañamiento veteranos, profesionales y compactos que proporcionan a la música del británico la contundencia necesaria para eliminar el riesgo de monotonía. Sin aportar nada extraordinario, Black ofreció en Madrid un concierto representativo de los canales por los que discurre buena parte del pop británico: falta de originalidad, inspiración en músicas negras y profesionalidad asegurada.

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