EE UU investiga un supuesto envenenamiento de uva chilena
Estados Unidos y Canadá suspendieron ayer temporalmente las importaciones de fruta chilena después de que en la noche del lunes (madrugada de ayer en España) las autoridades sanitarias descubrieran en Filadelfia trazas de cianuro en dos granos de uva sin semilla procedentes de Chile. La Agencia de Control de Alimentos y Droga de EE UU (FDA) declaró que la Embajada norteamericana en Santiago había recibido recientemente amenazas telefónicas sobre el envenenamiento de la fruta, y el ministro chileno del Interior, Carlos Cáceres, acusó, en un discurso televisado, del hecho al "terrorismo alentado por los comunistas".
Japón también suspendió las importaciones de uva chilena, aunque permite de momento la llegada de otras frutas. Las autoridades de Francia y Dinamarca iniciaron ayer una revisión de la fruta procedente de Chile, sin que se detectara ninguna anomalía. En España no se había adoptado hasta ayer ninguna medida, aunque responsables de la importación de frutas dijeron que la mayor parte de las 773 toneladas de uva de importación autorizadas para esta temporada han llegado al país con anterioridad a este incidente.Según las autoridades norteamericanas, dos de los 2.200 granos de uva examinados presentaban un aspecto descolorido y un círculo cristalino alrededor del pinchazo en el que se le había supuestamente introducido el veneno. Frank Young, un portavoz de la FDA, apareció ayer en las pantallas de televisión para advertir del peligro a los consumidores norteamericanos. "Puede ser un incidente aislado, pero no debemos correr riesgos", dijo. Según Young, la cantidad descubierta es insuficiente para enfermar a un niño, pero mayor de la que se encuentra naturalmente en la uva.
La medida fue recibida como un "desastre" por los agricultores chilenos que exportaron el año pasado 584 millones de dólares en fruta, el principal producto de exportación después del cobre, en su mayor parte a EE UU. La casi totalidad de la uva que se consume en esta temporada en ese país es chilena. Los productores consideraron una "hecatombe" la situación y estiman que el daño ascenderá 200 millones de dólares, casi un tercio de las exportaciones de fruta previstas para esta temporada, y a 800 millones de dólares, si la actividad frutícola se debe interrumpir. Y consideraron desproporcionadas las medidas de EE UU.
El ministro de Relaciones Exteriores, Hernán Felipe Errázuriz, admitió que, ante la situación de incertidumbre, se había interrumpido la cosecha, el embarque y el transporte de toda la fruta chilena. Además, miles de personas, llamados temporeros, con bajos sueldos y malas condiciones laborales, podrían quedar sin trabajo. El ministro Cáceres anunció que se reforzarán los controles de seguridad y sanitarios en el embalaje de frutas y dijo que el daño económico, social y moral "implica un severo perjuicio a las posibilidades laborales y de bienestar de miles de familias chilenas".
Tras la acusación del ministro Cáceres un portavoz comunista, José Sanfuentes, desmintió que su partido tuviera relación con la uva envenenada, y dijo que "el delirio anticomunista del ministro del Interior obedece a su desesperación por no poder provocar quiebra profunda en el entendimiento opositor para derrotar al Gobierno". Según Sanfuentes, el régimen chileno debería investigar si ésta "es una maniobra norteamericana para desembarazarse de los empresarios chilenos que compiten con sus productores locales".
Tres posibilidades
Un técnico del opositor Grupo de Investigaciones Agrarias (GIA), un instituto chileno de estudios sobre agricultura, planteó a EL PAÍS tres hipótesis sobre la presencia de cianuro: uso de algún pesticida o conservante de la fruta que tuviera cianuro; un mal manejo en los controles sanitarios de embarque, o un acto terrorista. El GIA hizo un llamamiento al Gobierno para que investigue "sin prejuzgar previamente".
En Francia, un responsable del ministerio de Consumo afirmó que el ácido cianhídrico (cianuro) se utiliza habitualmente en fumigación para desinfectar los contenedores que transportan frutas y verduras, sin que ello sea peligroso para los consumidores. En Canadá, un portavoz sanitario dijo que, dada la escasa cantidad de cianuro hallado, un niño debería comer unos 2.000 granos de uva para enfermar, pero que era "mejor prevenir que lamentar".
En febrero pasado, dos llamadas anónimos por teléfono, en español, advirtieron a la Embajada norteamericana en Chile que la fruta estaba contaminada. También recibió llamadas similares la embajada de Japón. Aunque las amenazas fueron consideradas falsas, la revisión se intensificó hasta que se detectaron los dos granos contaminados.
El almirante José Toribio Merino, representante de la Armada en la Junta, afirmó que esta es una "canallada" de los comunistas y de EE UU para agredir al Gobierno.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.