Sangrienta reaparición
Los Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO) reaparecieron el año pasado con atentados en Asturias, Madrid y Galicia.El 27 de mayo de 1988 tres jóvenes, un hombre y dos mujeres, acudieron a la casa del empresario coruñés y ex presidente de Caixa Galicia, Claudio San Martín, haciéndose pasar por floristas, y lo mataron a tiros.
A raíz de este atentado se hizo público que Claudio San Martín y otros empresarios y profesionales gallegos habían sido amenazados por escrito. Fuentes policiales aseguraban pocos días después que se había llegado a la conclusión de que existía un comando Coruña de los GRAPO, cuyos componentes estaban prácticamente identificados. Se trataba de Laureano Ortega Ortega, María Jesús Romero Vega, María Rosario Narváez Cernero y Gloria Vázquez, aunque no descartaban la participación de Encarnación León Lara.
El 3 de junio de 1988 dos miembros de los GRAPO se presentaron en el despacho de un notario de La Coruña, cuya identidad no fue revelada. Se hicieron pasar por inspectores de Hacienda y le exigieron el impuesto revolucionario. Cobraron un talón de un millón de pesetas.
El 16 de julio el grupo terrorista causó heridas de pronóstico reservado a Miguel Pérez Curto, empresario coruñés que se había negado a pagarles el impuesto revolucionario.
El 16 de agosto el agente de policía Exticio Blanco Merino, resultó gravemente herido en Oviedo cuando procedía a identificar a dos presuntos miembros del comando Coruña que se dieron a la fuga.
El 4 de octubre de 1988 tres grapos asaltaron la oficina del DNI de la calle de Santa Engracia de Madrid, donde asesinaron a uno de los dos policías de guardia y robaron 520 carnés en blanco. La policía identificó a dos de los autores como Laureano Ortega y Encarnación León Lara.
Acciones anteriores
Los GRAPO habían llevado a cabo otros atentados en Galicia con anterioridad. En 1978, un joven asesinó de un tiro a quemarropa al guardia civil Manuel Vázquez Cacharrón en Santiago de Compostela. El 9 de abril de 1979 fue asesinado en Vigo el administrativo de las factorías Vulcano, Olegario Collazo Melón, que recibió siete impactos de bala. El 20 de noviembre de 1980 resultaba muerto de un disparo el guardia civil Ricardo López Castiñeiras cuando salía de su domicilio en La Coruña a primera hora de la mañana. El 29 de abril de 1983 moría el guardía civil Plácido Pedreira Alvarez, también en La Coruña y a consecuencia de los disparos efectuados por un joven. El agente era el conductor de un autobús escolar del cuerpo y se dirigía a eféctuar el servicio de traslado de los hijos de sus compañeros.
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